En 1931, cuando el otoño iniciaba un nuevo ciclo natural, y cuando el mundo y nuestro país en especial se debatían en una profunda crisis económica, política y social, un cosmopolita puñado de chacareros de la zona cercana a Micaela Cascallares sumó ahorros monetarios y voluntades, para constituir una Cooperativa Agrícola.
La idea y la acción cooperativa se instalaron en el seno de la pequeña y laboriosa comunidad rural-urbana y a partir de entonces la comunión fue total.
Apellidos de origen vasco y danés, principalmente, aparecen en el acta de fundación, firmada el 21 de marzo de 1931 por 84 asociados.
Apellidos de origen vasco y danés, principalmente, aparecen en el acta de fundación, firmada el 21 de marzo de 1931 por 84 asociados.
El primer Consejo de Administración, que tuvo a su cargo la puesta en marcha de la entidad, estuvo integrado de esta manera: Presidente, Juan Mendiberri; vicepresidente, Einar Ambrosius; secretario, Pedro Errazti; tesorero, Manuel Rivas (hijo); vocales, José M. Regot, Eulogio Arribalzaga, Luis Chalde, Christian Andersen y Félix Fernández; vocales suplentes, Manuel Diez y Juan Perdosa; síndico, Pedro Laborde. Al poco tiempo, se contrató como gerente a Alfredo Vinacua. Presidente y gerente extenderán su labor por espacio de 20 años.
El 15 de febrero de 1932 el gobierno de la Provincia de Buenos Aires le acordó la Personería y el 20 de julio, se la inscribió en el Registro de Cooperativas del Ministerio de Agricultura de la Nación, bajo la Matrícula N° 319. Casi enseguida se asoció a la Asociación de Cooperativas Argentinas.
El 15 de febrero de 1932 el gobierno de la Provincia de Buenos Aires le acordó la Personería y el 20 de julio, se la inscribió en el Registro de Cooperativas del Ministerio de Agricultura de la Nación, bajo la Matrícula N° 319. Casi enseguida se asoció a la Asociación de Cooperativas Argentinas.
En la década de 1940 la entidad aumentó sus socios, creció en espacio y en servicios, y comenzó su extensa carrera de éxito comercial. Compró un terreno y un galpón facilitando la construcción de un corralón, instaló la sección ropería, amplió las tiendas y la sección de cereales.
En 1950 la Cooperativa refaccionó el depósito, edificó un tinglado con plataforma de carga para tambores de combustible y adquirió la barraca “La Liga”, del señor Félix Larsen con una capacidad de almacenamiento de 25.000 bolsas de cereal.
La expansión
La excelente cosecha de la campaña 1952/53, colocó a la entidad en una situación inmejorable. Así fue que decidió expandirse y en 1953 instaló una sucursal en la localidad de Irene.
En tanto, a mediados de la década de 1950, la Cooperativa construyó los primeros tubos de cemento con una capacidad de 6.000 toneladas, los que conformaron la planta N°1. Diez años después se amplió el elevador de granos llevando su capacidad total a 13.000 toneladas, mostrando que con empeño, entrega y mucho esfuerzo el progreso es un corolario indiscutible.
Los años ’70 también fueron sinónimo de crecimiento y desarrollo. La Cooperativa comercializó 38.000 toneladas, compró una secadora, estableciendo la planta N°2. En 1978 construyó una nueva planta de silos, compuesta por cuatro tubos, dos norias centrales y un tinglado parabólico. Para 1980, la entidad alcanzó una capacidad de almacenaje de 60.000 toneladas y se ubicó entre las de mayor capacidad de la zona.
El progreso fue más notorio en la década de 1990. La ampliación de la planta de Cascallares a partir de la construcción de cinco plantas más, elevó la capacidad de acopio a 105.000 toneladas. Además, la totalidad de la planta quedó con carga a vagón y rejillas individuales.
La cuantiosa inversión dio sus frutos y a pesar de la crisis económica que soportó el país entre 1998 y 2002, la Cooperativa ya transitaba un camino de prosperidad que se potenciaría hasta nuestros días.
Entidad pionera
La Cooperativa de Cascallares además de convertirse en una de las empresas acopiadoras más importantes de la región apostó al futuro y a partir de la buena gestión e ideas innovadoras construyó su sólido presente. Fue pionera en instrumentar planes de compra de maquinarias en canje por cereal, en producir su propia semilla de trigo, en brindar servicio de almacenaje y acondicionamiento a gran escala, emprendimientos reconocidos a nivel provincial y nacional.
A partir de 2001, los asociados de la Cooperativa La Pampa pasaron a integrar la masa societaria de la entidad, siendo un pilar fundamental para el crecimiento operativo de la institución. La última gran inversión fue la compra de una planta en El Carretero con capacidad para 22.000 toneladas.
La Cooperativa conocida por su accionar de vanguardia, actualmente participa en proyectos industriales buscando siempre oportunidades de crecimiento y una proyección a futuro que la coloque en inmejorables condiciones. Prueba de eso es la estratégica participación junto a ACA y otras cooperativas en una planta de bioetanol en Córdoba.
En este importante aniversario, además, es imprescindible recordar y agradecer a todos los que colaboraron para que la Cooperativa de Cascallares sea una empresa líder en su rubro.