Por Fernando Sabatini (*)
El boxeador de 32 años, Maximiliano Verón -quien estuvo dos semanas en terapia intensiva en el Hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez (HECA)- de Rosario, obtuvo el alta en el día de ayer.
Cabe recordar que la semana pasada había pasado a una sala común en el Hospital Americano de Rosario al despertar y respirar por sus propios medios.
“Le dieron el alta a Maxi. Nos quedamos hasta mañana (por hoy) en un hotel de Rosario, porque le hacen una revisión de rutina y luego nos vamos para Buenos Aires. Va a estar en la casa, gracias a Dios es todo bueno. Yo pensé que se me moría en los brazos”, expresó su entrenador, Marcelo Cerrezuela, vía comunicación telefónica.
“Le dieron el alta a Maxi. Nos quedamos hasta mañana (por hoy) en un hotel de Rosario, porque le hacen una revisión de rutina y luego nos vamos para Buenos Aires. Va a estar en la casa, gracias a Dios es todo bueno. Yo pensé que se me moría en los brazos”, expresó su entrenador, Marcelo Cerrezuela, vía comunicación telefónica.
Todo comenzó en el viaje de regreso a su hogar, en el cual sufrió una descompensación. Su entrenador, equipo y mujer, lo llevaron al Hospital Alberdi de Rosario.
A raíz de un hematoma subdural hemisférico -ocasionado tras combatir frente a Gustavo Lemos, el sábado 17 de abril por la noche- fue trasladado al HECA, donde lo operaron de urgencia. Le realizaron una craniectomía descompresiva de forma exitosa y el púgil debía permanecer 48 horas en observación.
Sin embargo, esos dos días se convirtieron en dos semanas horrorosas debido a una neumonía.
Además se dio a conocer un hisopado positivo y la denuncia de su entrenador, del robo de la totalidad de su bolsa (suma de 270.000 pesos) obtenida por combatir con el tresarroyense.
Además se dio a conocer un hisopado positivo y la denuncia de su entrenador, del robo de la totalidad de su bolsa (suma de 270.000 pesos) obtenida por combatir con el tresarroyense.
“Estamos muy contentos, es una vuelta a la vida. Yo volví a la vida junto con el pibe. Fue todo muy fuerte, pensé que se me moría en los brazos, fueron días muy duros y de mucha incertidumbre. Lo tengo desde amateur. Es como un hijo más para mí. Hay un vínculo de mucho respeto, compañerismo y cariño. Además, el hijo de él es mi ahijado. Cuando él se despertó, creo que yo también me desperté”, detalló Cerrezuela emocionado.
Esta triste historia, que comenzó la madrugada del 18 de abril, luego de haber perdido por nocaut técnico en el octavo asalto con Lemos en desvío Arijón (provincia de Santa Fe), parece estar llegando a su fin. No solamente fue duro para él y todos los que lo rodean, sino también para el tresarroyense y su equipo, quienes se preocuparon mucho.
“Le agradezco a Tito Lemos, siempre se preocupó. Me mandaba mensajes y respondía mis estados de WhatsApp. Es un pibe impresionante. Espero que le vaya muy bien en la vida, por lo que es como persona, al igual que su padre y entrenador Pedro Alem. Dios quiera que pueda cumplir su sueño de ser campeón mundial, que no está muy lejos de lograrlo” finalizó Marcelo Cerrezuela, cerrando esta conversación.
(*) Fernando Sabatini, integrante de “Campeones en el Ring”, Radio Libre AM 890 de Buenos Aires.