El último martes el Covid-19 se llevó la vida de Roberto
Hipólito Novales, Beto. Con 60 años la partida
fue rápida, y generó una gran tristeza en el mundo
del hockey sobre patines, ámbito en el cual se desempeñó
desde muy chico y hasta sus últimos tiempos,
disfrutando en la pista donde siempre se lo veía feliz.
Su incursión en el deporte de los patines y la bocha
fue cuando era pequeño, allá por la década del 70,
con la incorporación a Quilmes. Eran tiempos de
auge para la disciplina en la ciudad, con el título
argentino del Cervecero en 1974 y la creación de
la Asociación Tresarroyense en 1978.
fue cuando era pequeño, allá por la década del 70,
con la incorporación a Quilmes. Eran tiempos de
auge para la disciplina en la ciudad, con el título
argentino del Cervecero en 1974 y la creación de
la Asociación Tresarroyense en 1978.
Y Novales tuvo el privilegio de ser campeón en su
amado Quilmes en el primer torneo de la flamante
Asociación, el cual se jugó en septiembre de 1978.
Integró el plantel junto a dos campeones argentinos
como Mario Carrera y José Recari, completando
el equipo Daniel Sode, Gustavo Recari, Carlos
Cedeira, Julio Riso, Pablo Julián y Alejandro Iúdice.
Los rivales fueron Costa Sud, Huracán, el Colegio
Jesús Adolescente y Club de Pelota. Luego de eso
escribió su historia y se ganó el afecto de propios
y extraños.
amado Quilmes en el primer torneo de la flamante
Asociación, el cual se jugó en septiembre de 1978.
Integró el plantel junto a dos campeones argentinos
como Mario Carrera y José Recari, completando
el equipo Daniel Sode, Gustavo Recari, Carlos
Cedeira, Julio Riso, Pablo Julián y Alejandro Iúdice.
Los rivales fueron Costa Sud, Huracán, el Colegio
Jesús Adolescente y Club de Pelota. Luego de eso
escribió su historia y se ganó el afecto de propios
y extraños.
Sus compañeros del hockey lo recordaron como
una gran persona, excelente compañero y un
apasionado del deporte, y su pérdida generó en el
ambiente un profundo dolor. Pero aunque se haya
ido físicamente, en cada partido vivirá en el recuerdo
de los jugadores como su “verdadero capitán”, reconocimiento
que se supo ganar.
una gran persona, excelente compañero y un
apasionado del deporte, y su pérdida generó en el
ambiente un profundo dolor. Pero aunque se haya
ido físicamente, en cada partido vivirá en el recuerdo
de los jugadores como su “verdadero capitán”, reconocimiento
que se supo ganar.