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A 16 años del paso de La Renga por la ciudad

Por Emanuel Fredes


Hace 16 años se producía uno de los hitos musicales más importantes en la historia de la ciudad. Muy pocas veces un lugar tiene la suerte de albergar una banda de rock en uno de sus momentos más álgidos. 
Tres Arroyos había tenido la oportunidad de recibir a Soda Stereo mientras presentaba “Canción Animal” y, muchos años más acá, a la Bersuit en su gira “De la cabeza” y a Divididos, que recorría el país tras presentar “Vengo del placard de otro”. 
En el 2004, la suerte volvió a estar de nuestro lado. Recuerdo que tenía 14 años y hacía unos pocos había comenzado a sumergirme en el mundo del rock. 
Todavía me acuerdo cuando salió “Detonador de sueños” y el video de “La razón que te demora”.
Mi hermana, fiel compañera, me había conseguido el disco y yo lo consumía todo el día. 

El afiche que auguraba la llega del power trío a la ciudad en las páginas de este diario

Rápidamente, La Renga se había convertido en una de mis bandas predilectas.
De repente, un día me encuentro con un afiche que me dejó boquiabierto: “La Renga, gira 2004. Detonador de Sueños. Gigante de Huracán. 27 de mayo a las 19. Entrada 15 pesos”. 
Enseguida volví a casa y le comenté a mi familia que debía asistir. Me acuerdo cuando me dieron el dinero y fui a comprar la entrada a un local ubicado en el Paseo Español. También me acuerdo que, desde que compré la entrada hasta el día del show, el tiempo me pareció infinito. 

Un día antes del show, Chizzo diálogo con La Voz del Pueblo y tocó diversos temas

Pero llegó el día. Un gran despliegue policial nos recibía en las afueras del Gigante. De a poco íbamos entrando, los más pibitos y los más grandes, incluso familias enteras. 
Pasadas las 21, Chizzo, Teté y Tanque asomaron al escenario montado en una cabecera del gimnasio para desplegar todo su poder. Las banderas decoraban el Gigante que parecía latir con cada golpe de batería y vibraba en cada nota de bajo.
La energía traspasaba el escenario y se apoderaba de cada uno de nosotros, que cantábamos cada estribillo a los gritos y vitoreábamos entre tema y tema. “Estalla”, “Al que ha sangrado”, “Panic show” y “La nave del olvido” se mezclaron con “La razón que te demora”, “Noche vudú” y “Las cosas que hace”. 
Yo me pasé el recital montado sobre una valla, frente al escenario. Dos días después, un pitido me recordaba la potencia de aquel show. Qué lindo es recordar cuando estuvimos en “El ojo del Huracán”.  

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