Por Andrés Lavaselli
El predecible sí de Facundo Manes a ser pre candidato a diputado nacional bonaerense por el radicalismo es el primer movimiento confirmado de lo que parece ser un principio de ordenamiento de la oferta electoral de Juntos por el Cambio en la Provincia, proceso para el cual el “no” porteño que, en simultáneo, emitió Patricia Bullrich, resulta también significativo. En el oficialismo, mientras, la centralidad en campaña de Cristina Fernández –junto a Axel Kicillof- no solo difumina a Alberto Fernández: También posterga definiciones mientras alimenta con nuevos insumos la danza de nombres.
La irrupción de Manes implica, se ha dicho aquí, la posibilidad de que la UCR desafíe la hegemonía interna de PRO en la alianza opositora con una carta que hasta ahora no había tenido: Un candidato potente. O al que todos reconocen con potencial, porque habrá que ver si la buena imagen positiva es correlativa en su caso de la intención de voto. Lo cierto es que hay una franja de la población, alejada o refractaria a la política, sobre todo de clase media, para la cual su perfil puede ser atrayente. Al fin y al cabo es un best seller, asiduo de la TV –es muy amigo de Mirtha Legrand, madrina de su fundación- que correrá en el inicio al menos con esa simpatía mediática. En la UCR dicen que trabaja además un perfil de lista no macrista –de hecho tiene una mala relación con Mauricio Macri- que, de triunfar en la interna, podría dificultar uno de las estrategias discursivas previsibles del Frente de Todos: Subir al ring al expresidente para facturarle la crisis económica con que dejó el gobierno y explotar su mala imagen, sobre todo en el Conurbano.
El segundo movimiento, el no de Bullrich a ocupar el mismo lugar que Manes pero en CABA, ratifica que Vidal se pondrá finalmente ese traje. Era un movimiento inevitable desde que que Macri, su principal aliado, se retiró del juego. La salida de la ex ministra del escenario electoral debilita por otra parte la resistencia de Jorge Macri al desembarco bonaerense de Diego Santilli, el candidato de Larreta, que fue con quien acordó Bullrich su declinación. En los papeles, el alcalde de Vicente López parece ser ahora el único obstáculo serio para la unidad de PRO en la Provincia. Pero no muchos creen que pueda sostener una candidatura: Manes rechaza su nombre en una lista radical e ir con una boleta propia como tercera opción sería dividir el voto PRO y ser el eventual responsable de una victoria interna de la UCR. Dicen que Macri le propuso a Larreta una vía de salida acordada –declinar su postulación y la de Santilli y que sea candidato un intendente- pero el jefe de Gobierno la rechazó.
El jefe de gobierno huele una primera victoria: Imponer sus candidatos en Provincia (Santilli) y ciudad (Vidal) es el primer paso para terminar de desplazar a Mauricio Macri y afianzar su proyecto de poder presidencial. En realidad, si se suma es mutación de fondo en PRO a la irrupción de Manes en la UCR, lo que parece están ocurriendo es todo un cambio de piel en Juntos por el Cambio.
Visto desde la Provincia, todo indica que habrá dos listas en el Principal frente opositor: una PRO y otra radical. Elisa Carrió, que también declinó una postulación que nunca pasó del amague, se alinea con Larreta. En unas horas, dicen, podría haber una foto que selle el acercamiento. Emilio Monzó, duda porque tiene ofertas de la UCR y de Larreta, pero no irá con un armado aparte. Hasta Joaquín De La Torre recibió un llamado del jefe de Gobierno y tal vez su destino no necesariamente sea integrarse a la boleta de Florencio Randazzo, que sí será una tercera opción.
Presencia y ausencia
En el otro campamento, la centralidad de CFK sigue siendo el dato. Su quinta irrupción consecutiva en Provincia, esta vez en Lomas de Zamora, reafirma que tendrá un rol central en la campaña y que Axel Kicillof es su ladero estratégico en ese empeño.
Pero además la gestualidad de ese acto, armado en ausencia de Fernández y para reivindicar un programa (Conectar Igualdad) que desactivó Macri y el actual Presidente no restituyó, activó lecturas internas. “En 2015 éramos más felices”, dijo la vicepresidente, al tiempo que, en una ráfaga verbal tan breve como letal apuntó contra Juan Manzur, uno de los gobernadores que postulaba la creación del albertismo.
Esa centralidad deja en claro que más allá de mesas y mesitas, ella será la que maneje la lapicera del FdT. Por eso, la danza de nombres es muy relativa aquí. De todos modos, la localía de Martín Insaurralde volvió a meterlo entre los candidateables (hace rato que se habla de un pacto con Máximo Kirchner para dejar el distrito en manos de la camporista Daniela Villa, pareja del presidente de Diputados, Federico Otermín). Imposible tener certezas. Lo mismo para el caso de Nicolás Kreplak, el vice de Salud: Kicillof prefiere no tocar el gabinete, pero si Cristina convoca nadie dirá no. Se suman, claro, a la larga lista de nombres que entran y salen de los listas cada semana. (DIB)