La década de los 90’ en Tres Arroyos estuvo marcada entre otras muchas novedades por la llegada del paddle. En la ciudad rápidamente –como en el resto del país- comenzaron a generarse espacios donde poder practicar el deporte de moda.
En principio fue adoptado por tenistas, pero la irrupción de la especialidad –como toda moda- llegó y se instaló en muchos ámbitos de la comunidad. Personas que nunca habían tenido en sus manos una raqueta, o paleta como en este caso, comenzaron a practicar un deporte que llenaba las canchas de adeptos, certámenes y hasta jugadores fuera de serie.
Fue así que muchos conocimos a Antonio Evangelista, que con formación de tenista, se lucía como jugador de paddle, llegando a ser ‘el referente’ en las canchas de la ciudad.
Ganador de muchos de los torneros, por aquellos años, no fueron pocos los que asistían a sus partidos para verlo jugar y lucirse deportivamente en la exclusiva primera categoría. Con él, las canchas de paddle tresarroyenses conocieron el alto nivel de la especialidad.
El correr de los años convirtió a Antonio en un transportista y padre de dos hijos varones. Producto de una penosa enfermedad falleció este martes en su ciudad que –entre tantas otras cosas- lo recordará por jugar con gran entusiasmo un deporte que vuelve, hoy, a tener un nuevo impulso en suelo tresarroyense.