En una verdadera fiesta del fútbol local y con una grandísima cantidad de espectadores, en el partido de la fecha Quilmes le regaló una alegría a su gente y derrotó a Huracán en el clásico por 2 a 0, con los goles de Pallero y Oliver.
Si algo se podía esperar del encuentro era fricción, presión, mucha marca y rispideces entre los protagonistas. Y todo eso estuvo en el Manuel Rodera. Porque si bien Quilmes intentó jugar y Huracán buscó golpear atacando los espacios, el condimento motivacional de este tipo de partidos, hizo que ninguno de los equipos pueda desplegar por completo su idea.
Los primeros 45 minutos fueron chatos, con leve dominio local pero sin llegadas a los arcos. El Cervecero tuvo dos con remates de afuera que no generaron peligro en la valla de Canteros, en tanto que Ruso en un tiro de esquina desvió su cabezazo en lo que pudo haber sido la apertura del marcador.
Lo más destacado del primer tiempo fue la expulsión de Cepeda a los 33 minutos luego de una violenta “plancha” sobre Juárez. Es que para el Globo quedarse con uno menos lo obligó a redoblar esfuerzos para cubrir el campo, y para Quilmes la superioridad numérica lo invitó a tomar la iniciativa. Pero para ver eso habría que esperar al segundo tiempo.
Allí apareció el juego del Cervecero, que adelantó sus líneas con Colonna detrás de Oliver, listo para cortar, y el ex jugador de Platense dispuesto a distribuir juego con Fernández y Maldonado como aliados.
Los de Sauce encontraron el gol rápido. Un centro desde la izquierda al segundo palo encontró a Oliver, el “5” se la bajó a Pallero que de arremetida encontró la pelota y ésta la red.
El público se acercó en gran número al Complejo Cervecero para seguir las acciones de Quilmes-Huracán (Goyo)
La explosión del público hizo vibrar a los jugadores locales, que entendieron que estaban para más ante un Huracán que ya se mostraba cansado y desde el banco de suplentes no recibía ninguna solución ni alternativa.
A los 16´ D´Annunzio salvó con un providencial cruce; con la misma fórmula que en el primer gol pero por la otra banda Maldonado desbordó y envió un centro rasante pero corto, Pallero apuró su carrera y llegó al balón al mismo tiempo que el arquero visitante. El “9” fue derribado y Boneiro sancionó la pena máxima para que Oliver la cambie por gol.
Con el 2 a 0 en contra al Globo no le quedó mucho más para hacer, recién allí Leo Gómez mandó a Zubillaga a la cancha para tener peso ofensivo, pero la defensa local estaba firme y con confianza ante un rival que mostraba su desgaste por jugar con uno menos durante casi una hora.
El correr de los minutos acrecentó la fiesta del populoso barrio Quilmeño, que quedó sin sus “vecinos” en el estadio, porque en el campo de juego la suerte ya estaba echada. Aunque el orgullo deportivo de Alcodoy y Henríquez intentaron descontar, pero entre Juárez y Colonna sacaron todo y los tres puntos de la novena fecha quedaron en poder Cervecero.