Con el objetivo de seguir visibilizando las violencias hacia las mujeres y las disidencias, y de crear espacios seguros y libres, desde la Dirección de Mujeres, Género y Diversidad del municipio este año se propuso hacer una capacitación para referentes y trabajadores de los locales nocturnos.
Luego de cinco encuentros en los que se trataron diferentes ejes sobre violencia de género, discriminación, seguridad y consumo, con las capacitadoras junto con los asistentes crearon un protocolo de acción para responder a las situaciones de violencia hacia las mujeres y las disidencias que puedan suceder en bares o boliches, junto con una campaña de visibilización.
La ideóloga del proyecto fue Sofía Beltaco, una estudiante de Trabajo Social que realizó sus prácticas en la Dirección y que junto con su tutora Lorena Cortés -que también trabaja en el área municipal- trabajaron y presentaron la propuesta.
“Por supuesto lo tomamos. Nos pareció que era una muy buena oportunidad para empezar a llegar a otros espacios donde hasta ahora no estábamos interactuando, que sabemos que muchas de estas situaciones de violencia o de discriminación ocurren”, aseguró en una entrevista con este diario la directora de la Dirección de Mujeres, Diversidad y Género Juliana Riobó.
El equipo que brindó los talleres estuvo compuesto por Sofía Beltaco, Lorena Cortés, Juliana Riobó, Fernanda Elcuaz y Marina Cavilla. La ideóloga del proyecto contó que “la demanda me llega a mí como muchas que me pueden llegar por mi militancia y por haber ocupado diferentes espacios. Empecé a bajar línea, acompañada por una docente en el marco de mis prácticas profesionales y ahí es cuando decido armar un proyecto y presentarlo en la Dirección”.
Este espacio creyó que era el adecuado para trabajar la propuesta. “Creo que es la responsabilidad del Estado. Sabemos que hay demanda de otras cuestiones, pero son lugares muy hostiles para las feminidades y las disidencias, entonces me parece que el equipo y quienes aprobaron el proyecto lo pudieron ver de ese lado”, aseguró.
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Los talleres
El proyecto propone realizar encuentros bajo la modalidad de taller para que haya un intercambio entre quienes asisten y el equipo orientador, para compartir sus experiencias e información.
En ese sentido, Fernanda Elcuaz remarcó: “Como para que no sea tan expositivo de nuestro lado, como si fuese una clase teórica aportando conceptos y no recibiendo nada del otro lado. A nosotras nos sirve tener ese intercambio y saber qué es lo que pasa en los otros lugares”.
La aplicación del proyecto fue tomando forma a medida que pasaron los encuentros. “En el primero nosotras llevábamos una idea, con el marco de perspectiva de género y lo que nos pasó es que recibimos toda la demanda que no habíamos tenido el tiempo de armarlo anteriormente con ellos. Ahí tuvimos que reformularlo y se extendió a cinco encuentros”, indicó Fernanda.
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La cantidad de encuentros que se llevaron a cabo en esta actividad de capacitación
En el último encuentro fue cuando entre todos crearon el protocolo para el abordaje de situaciones de violencia por razones de género en bares y boliches. “Así lo llamamos. La idea es que sea algo adaptado a la ciudad y en relación a las demandas y los debates que fueron surgiendo, armamos el protocolo para que se lo puedan llevar en conjunto con cartelería para poner en los distintos lugares”, señaló Juliana.
Respuesta
Al inicio se acercaron varios espacios. “Empezaron a surgir demandas en relación al consumo y a cuestiones de seguridad, más allá de temas específicos de violencia por razones de género. Entonces en conjunto con Desarrollo Social decidimos ampliar los encuentros y sumar uno que pueda estar el equipo de consumos problemáticos y otro que esté la gente de seguridad”, explicó Juliana.
Debido a que se fueron extendiendo los encuentros, “costó sostener la cantidad de participantes. Por eso pensamos que para próximas capacitaciones tengamos que acortarlos. También pensábamos en que estaría bueno o sería importante hablar de cierta obligatoriedad”, agregó.
En ese sentido opinó que “es necesario saber qué hacer o a dónde recurrir si hay una situación de violencia o discriminación en el lugar donde estoy trabajando por eso creemos que sería bueno poder incluirlo dentro de una ordenanza y de alguna manera hacerlo obligatorio”.
Adhiriendo a lo último, Sofía comentó “otros cursos son obligatorios para trabajar, por ejemplo la manipulación de alimentos. El personal de los lugares está laburando con gente y también es importante que tengan herramientas para resolver estas situaciones y para saber cómo tratarles, para no discriminar”.
“Los objetivos de esta capacitación son fortalecer el grupo humano, darles herramientas para la no discriminación, plantear un montón de cosas sobre las violencias hacia las mujeres y las diversidades; por otro lado está la creación del protocolo y la cartelería para que sea más visible para la gente que asiste a los lugares y así identificarlos como espacios libres de violencia”, sostuvo.
Para dar un cierre a este primer ciclo de talleres, las capacitadoras pensaron en poder acercar el protocolo y la cartelería creada a todos los bares y boliches de la ciudad, independientemente que hayan participado o no, ya que en los mismos se detallan muchos de los temas trabajados.
Campaña
El protocolo en sí mismo está dividido en dos partes principales, “que tienen que ver con discriminación hacia mujeres o diversidades, dos grandes grupos que deberían tener herramientas para poder responder. Hay algunas cuestiones que tienen que ver con el cómo relacionarse con el otro, qué poder decirle, cómo acercarse; luego hay otras cuestiones relacionadas con lo práctico de a dónde llamar, cómo responder, a quién recurrir”, puntualizó Riobó.

Uno de los carteles propuestos por la Dirección, para colocar en espacios comunes y en lugares privados, como por ejemplo detrás de las puertas de los baños
El equipo aclaró que este protocolo es una de las tantas formas que puede haber sobre cómo actuar en estas situaciones. “No existe un ABC de cómo intervenir, sí una guía de buenas prácticas”, destacó Fernanda.
También está la campaña de visibilización, que cuenta con cartelería para colocar en los diferentes espacios y así reconocerlos como libres de violencias. Además de proponer diferentes medidas de seguridad para poder pedir ayuda al personal del establecimiento.
También está la campaña de visibilización, que cuenta con cartelería para colocar en los diferentes espacios y así reconocerlos como libres de violencias. Además de proponer diferentes medidas de seguridad para poder pedir ayuda al personal del establecimiento.
Balance
Esta primera experiencia dejó mucho aprendizaje para las integrantes del equipo y algunos aspectos a resolver antes de volver a hacer el ciclo.
Por su parte, la ideóloga del proyecto, Sofía, aseguró que “para mí fue un desafío grande generar esto. Me encantó que hayan aprobado la propuesta y que se haya copado el equipo para llevarlo adelante. Hubo frustraciones pero creo que es parte de todo. Sabemos que es un público difícil, pero creo que algo se sembró y ojalá que tenga continuidad y que sea bien recibido. Para mí fue una buena iniciativa”.
En tanto, Fernanda opinó que “para mí es re positivo lo que dejó. Si bien tuvimos frustraciones y la asistencia se hizo difícil, los debates que se pudieron dar estuvieron buenos. Nos resta ver cómo podemos hacer para convocar a esos establecimientos que ni siquiera se acercaron una vez, que es algo que nos queda en el tintero”.
Finalmente Juliana volvió a mencionar la importancia de proponer la capacitación como obligatoria y entre todas invitaron “a los locales y los bares porque es una herramienta realmente importante en este contexto que estamos viviendo de tanta violencia. Por ahí desarmando y encontrándonos a debatir puede ser de gran ayuda. Esto es para toda la sociedad y es un gran aporte para los dueños de los establecimientos y para la gente que trabaja ahí”, concluyeron.