En su franca lucha por sumar para fortalecer su debilitado promedio, Unión rescató ayer una unidad en su cancha y ante Garmense, en un juego donde entregó una buena expresión frente a un complicado rival que mostró una mejor faceta en el complemento.
La parte inicial fue de más entrega, disputa, meter y friccionado, que de juego puro; la visita pobló el mediocampo pero los de Natalicchio saltaron esa zona con rápidos y profundos ataques. Así, a los 9’ Ezequiel Morán definió por arriba de un desesperado Luengo, pero cuando la pelota marchaba al gol apareció la figura salvadora de Iztueta.
Con el paso de los minutos el verdiblanco pudo asociarse desde un Disipio muy participativo, pero lejos estuvo de generar ese peligro que sí tuvo el Tatengue con un doble centro de Maximiliano Morán que conjuró Luengo.
El complemento fue “otra cosa” desde el inicio mismo, porque ambos salieron con la idea de atacar. Y tras una llegada por lado, a los 2’ la certeza y mucha fortuna ayudó a la visita, porque tras un tiro libre con gran cabezazo de Lúquez, Larsen rozó la pelota; ésta dio en el travesaño y luego rebotó en la humanidad del arquero para meterse en el arco.
Con el 0-1, el local fortaleció su búsqueda ante un rival que se paró peligrosamente de contra. El sector izquierdo del ataque de Unión fue el más y mejor usado; así a los 14’ y tras una gran jugada de Salomón, Ezequiel Morán se hizo de la pelota en el área, giró y con calidad definió al segundo palo para poner el 1-1 definitorio.
Faltaba mucho por jugar, y en esa media hora se vio una actitud positiva del Tatengue que arrimó muchas buenas intenciones ante un rival que volvió a ser más ambicioso y que puso a Del Río mano a mano ante un Larsen que salió rápido y tuvo sobre la hora un cabezazo que Gómez tiró afuera por centímetros, sellando así un empate que no le cayó mal al juego.
