La esposa de Foulkes, intendente entre 1983 y 1987, subraya que “había una necesidad de salir” de la dictadura. La historia familiar, el hijo mayor desaparecido, sus dos hijas y las nuevas generaciones. El apoyo desde su lugar en aquel período y una certeza: “Alfonsín aparecen muy pocos”
Producción periodística: Alejandro Vis
Beatriz Sara Dinsen habla de una afección en una rodilla y con muy buen humor, dice que camina “menos elegante” por este motivo. De una manera muy cordial y atenta, recibió a La Voz del Pueblo en su casa, para recordar el período de recuperación de la democracia y experiencias de su esposo Jorge Roberto “Cocorolo” Foulkes como intendente, entre 1983 y 1987.
Su padre era danés y su madre argentina, hija de vascos. Beatriz Sara, conocida como Betty, nació en la ciudad de Buenos Aires, en los primeros años de vida por la mudanza de la familia vivió en la provincia de Córdoba y luego se trasladaron a Tres Arroyos. “Terminé la primaria e hice la secundaria, nos quedamos a vivir acá”, relata.
En el Colegio Nacional, durante el secundario, conoció a Jorge. Cuenta que “él era un poquito mayor que yo, estaba más adelantado con los estudios. Cursábamos en la actual Escuela Industrial, pero nuestra promoción finalizó en el edificio de calle Chacabuco. Terminamos en 1947”. En la sede de Chacabuco funcionó décadas más tarde el Colegio Manuel Belgrano y el inmueble fue adquirido posteriormente por el Sindicato Empleados de Comercio.
Jorge Foulkes se recibió de químico en Bahía Blanca y también se desempeñó como profesor. Explica que “estudió en el Instituto Tecnológico del Sur, que luego pasó a ser Universidad Nacional del Sur. Junto a sus compañeros, fueron los alumnos fundadores, los primeros en cursar en la entidad”.
Hijos, nietos y bisnietos
Se casaron en 1954 y tuvieron tres hijos. El mayor, Jorge Horacio, fue desaparecido por la dictadura cívico-militar en febrero 1978, cuando tenía 23 años. “Nació en enero de 1955”, puntualiza Betty. Realizó la carrera de periodismo en la Universidad Nacional de La Plata y en 1977 se mudó a Buenos Aires, donde fue secuestrado al año siguiente.
Su madre señala que “hizo la secundaria en el Colegio Nacional, estaba entusiasmadísimo con el edificio nuevo. Trabajaron y ayudaron todos los chicos para colaborar con esta obra”.
En diversas ocasiones, Betty fue consultada por grupos de estudiantes, que estaban realizando trabajos sobre los desaparecidos tresarroyenses. “Me han preguntado acerca de lo que ocurrió con mi hijo. Esas cosas había que vivirlas para saber cómo eran”, expresa. En su descripción de las investigaciones escolares, valora que alumnos hayan buscado información de Jorge Horacio y el interés por saber acerca de la dictadura.
Mañana se cumplen cuatro décadas desde que se volvió a votar en la Argentina
Después nacieron dos hijas, ambas radicadas en el exterior. Beatriz, quien reside en Estados Unidos “hace muchísimos años” y Silvia, cuyo destino ha sido España. “Las dos se fueron casadas”, afirma. La familia se amplió con nuevas generaciones. Betty tiene cuatro nietos y tres bisnietos.
Muchos votos
Su esposo “tenía simpatía por el socialismo, pero nunca fue afiliado”. Sí, en cambio, toda su familia se afilió a la Unión Cívica Radical “cuando el partido se preparaba para una elección interna. Queríamos votar por Alfonsín”.
Llegó la convocatoria de la UCR para proponerle la candidatura a intendente. “Lo estuvo considerando. Lo conversamos y tras analizarlo bien aceptó. Sabíamos que sería mucha la tarea porque no hay horario, se debía viajar seguido a La Plata, Buenos Aires”, indica quien lo acompañó, sin un cargo público, como esposa durante la gestión.
El 24 de abril de 1984. Jorge Foulkes pronuncia su discurso en el centenario de Tres Arroyos
En las elecciones del 30 de octubre de 1983, Betty se desempeñó como fiscal. “Estuvimos todo el día. Nadie tenía experiencia, hacía mucho tiempo que no se votaba”, argumenta.
Foulkes obtuvo 16.339 votos. “Ganó muy bien -destaca-. Lo apoyó mucha gente que no era afiliada radical, peronistas y de otros partidos. Había una necesidad de salir de todo esto (por la dictadura), la solución tenía que ser Alfonsín. Claro que, hemos visto con el paso de los años, Alfonsín aparecen muy pocos”.
En el municipio
Pocos meses después de la asunción, el 24 de abril de 1984, Tres Arroyos cumplió cien años. Se llevó a cabo un acto con la presencia del presidente Raúl Alfonsín, parte de su gabinete, y el gobernador Alejandro Armendáriz. La plaza San Martín estuvo cubierta de vecinos, en un ambiente de entusiasmo y alegría.
Comenta que “ese día con Alfonsín, estaba todo el pueblo. No como ahora que participan de un partido o de otro partido ¡es tan encontrado todo en estos días! Era realmente la fiesta de la democracia”. Entre quienes participaron estuvo el radical tresarroyense Antonio Tróccoli, por entonces ministro del Interior.
De igual modo, Foulkes viajó para formar parte de aniversarios de pueblos o ciudades de la región. “Tuvimos que ir a muchos lados, incluso hasta intervenimos en los actos y festejos cuando cumplió años Bahía Blanca”, indica.
El primer intendente desde la recuperación de la democracia tenía un vínculo familiar con Alfonsín. Cuando debió pedir licencia para operarse debido a un desprendimiento de retina, se alojó en la Quinta de Olivos. “Estábamos en un hotel. Pero Alfonsín tomó conocimiento, pidió que lo fueran a buscar y lo llevaron a Olivos. Permanecimos ahí”, sostiene.
Retornaron a Tres Arroyos porque los médicos así lo dispusieron, pero cuando tuvieron que viajar a Buenos Aires para continuar el tratamiento los recibieron nuevamente en la Quinta de Olivos. Rememora vivencias cotidianas de aquellos días: “hay de todo, como si fuera un pueblito. Posee en su interior una capilla muy linda y el Día del Padre fuimos invitados a participar en la misa, compartimos esta actividad. Nos dieron lugar en una casa grande. Los domingos Alfonsín salía a caminar, después se juntaban a charlar y a tomar mate”.
Betty y Jorge, el 10 de diciembre de 1987. El día de la finalización del mandato como intendente
El rol de intendente requirió una labor intensa. “Jorge anduvo mucho -subraya Betty-. El secretario privado era Juan Carlos Domínguez, muy amigo nuestro. Me hablaba para avisarme que después de comer salían para La Plata, había que preparar todo”.
Se requiere “dedicación plena. El pensaba que tal vez tendría la posibilidad de seguir con alguna hora como profesor, pero no pudo. Se reunía con los secretarios, funcionarios, en su mayoría gente joven, tenían muchos temas por atender y resolver”.
Foulkes falleció en septiembre de 1991, a los 64 años. Su esposa siguió participando en actividades de la UCR; “hasta hace poco, cuando andaba más elegante para caminar -reitera- he ido mucho. Siempre me invitan a todo lo que organizan, como el homenaje a Alfonsín y la cena que van a realizar el lunes”.
El afecto
Sobre una mesa del living, dos fotografías son testimonio de la naciente democracia. Betty en su rol de fiscal en 1983 y en otra imagen, con su esposo, al recibir en el centenario de Tres Arroyos a la vicegobernadora Elva Roulet. “Tengo tantas fotos”, exclama.
Habla del perfil de Foulkes, de su forma de ser. “Tenía muy buen carácter, pero se enojaba también si le parecía que algo no estaba bien -señala-. Cuando estaba en el colegio los chicos lo querían mucho, tenía cuarto y quinto año en el Secundario”:
En el cierre de la entrevista, reflexiona que “han pasado los años y a veces, cuando voy a algún lugar, me dicen ¿usted es la señora de Foulkes? ¿de Cocorolo? Quedó un buen recuerdo”.
El triunfo de Foulkes en las urnas
El escrutinio definitivo de las elecciones del 30 de octubre de 1983 estableció que la Unión Cívica Radical, con Jorge Roberto Foulkes como candidato a intendente, recibió 16.339 votos.
Detrás se ubicó el Partido Justicialista, cuya lista fue encabezada por Raúl Correa, con 13.733 votos. Cuatro años más tarde, Correa volvió a presentarse y fue electo intendente, al lograr una ajustada diferencia sobre Alberto Dibbern, de la UCR.
Los primeros festejos de Jorge Roberto “Cocorolo” Foulkes el 30 de octubre de 1983
Fueron los principales protagonistas de la jornada electoral, porque los restantes partidos finalizaron con una cantidad de sufragios menor. El Partido Demócrata Cristiano, con Francisco Aramberri como candidato a intendente, obtuvo 1326 votos; el Movimiento de Integración y Desarrollo, que propuso a Oscar Erpelding para el municipio, 1133; el Partido Intransigente, con Anuncio Diez Balbuena, 526; y el Partido Comunista, cuyo candidato a intendente fue Vicente Despósito, 161.