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Otra familia asegura haber sido amenazada para dejar el terreno

La misma noche del reciente lunes 2 de octubre en que la policía por orden del gobierno municipal desalojó violentamente a la familia Estrup de la humilde vivienda que ocupaba sobre Rondeau al 1500, procedió de igual modo contra otra precaria casa ubicada sólo a metros, por esa misma calle.

Allí aún vive Romina Buono junto a su pareja. La mujer contó a LA VOZ DEL PUEBLO que bajo “amenazas disimuladas” tuvieron que firmar un papel admitiendo salir de ese espacio sin problemas. Igualmente el frente del “rancho” les fue tirado como a los vecinos. 
En ese sector de la ciudad viven familias con necesidad de vivienda, algunas deben pagar de manera irregular para ocupar un espacio, y el Estado municipal no se ha hecho presente para resolver ninguno de los problemas. 

Familias con necesidad de vivienda llegan a pagar de modo irregular un espacio para levantarse un rancho de chapa, ante la ausencia del Estado. Frente de la vivienda de Romina, en la que también se está edificando 

El vendedor 
Romina que será madre en dos meses, lleva ocho instalada en ese espacio que reconoce que está usurpando igual que otras familias. En su caso no “compró” el terreno como si lo hizo Estrup, quien lo adquirió al irrisorio precio de 15 mil pesos, y en una operación en la que sólo bastó firmar un boleto de compra venta.
Quien le vendió la tierra a Estrup también le quiso vender a Romina el terreno sobre el cual construyó con vivienda. “A Estrup se lo vendió, pero cuando dijo que salía tan barato lo vi medio raro. No le di ni un peso”, dijo. Y agregó que quien los “comercializa” es “un tipo de Santiago del Estero” que vive en el mismo barrio y que asegura haber heredado los terrenos de una tía.
“A unos pibes les cobró como 30 mil pesos. Yo me le planté y no me fui nada. Me instalé con mi pareja y me quedé”, reconoció.
A la vista 
De todas maneras dijo a este diario que quienes se encuentran viviendo en esas condiciones en el barrio, quieren ser “los propietarios” y que para eso esperan que se acerque alguien desde el municipio. “Pero no apareció nadie ofreciéndonos una cuota por mes, nada. Desde el tiempo que estoy yo que no vino nadie”, aseguró la mujer que además dijo que por su parte no concurrió hasta la oficina de la Secretaría de Desarrollo Social, por el mismo tema, a pesar de estar viviendo con evidentes necesidades para su grupo familiar en una circunstancia que en teoría debería ser relevada por el equipo de trabajadores sociales del municipio. 

“Fue el mismo policía que aparece en las fotos del rancho de Estrup -el supuesto mediador para que nos vayamos tranquilos- actuó como tirando disimuladamante un par de amenazas”

El desalojo 
Para desalojarlos se utilizó el mismo método que con la primera familia. “Fueron los mismos que le tiraron el rancho a ese chico. Estuvimos almorzando en casa de mi mamá y nos quedamos hasta la noche. A las 9 y pico nos avisan que nos lo van a tirar. Me avisó Estrup”, contó. Y contó que a su vecino “ya se lo habían tirado” y que tuvo que irse porque “fueron violentos con él”.
 
Pero en su caso, después de pasar la noche en casa de su madre, decidió volver al terreno. “Volvimos al otro día como vimos que se manejaron mal, que no había orden de desalojo, ni nada legal”, confió.
En su experiencia actuó el mismo personal policial. “A mí me tiraron la puerta abajo, cuando llegué estaba la puerta tirada. El efectivo que encabezó el desalojo -según recuerda- “vino amenazándonos de que hagamos las cosas tranquilos, que nos vayamos. Nos hablaba bien pero amenazándonos de que no hagamos las cosas difíciles. Fue el mismo policía que aparece en las fotos del rancho de Estrup -el supuesto mediador para que nos vayamos tranquilos- actuó como tirando disimuladamante un par de amenazas. Como quien no quiere la cosa que nos vayamos tranquilos, que no hagamos quilombos”, describió.
A la policía esa noche le llevó al menos unas tres horas “tirar abajo” la humilde morada de Romina y su pareja. Primero sacaron “las pocas cosas” que tenían y luego los efectivos de la policía -bajo ordenes municipales- llevaron adelante la tarea de eliminar la casa de chapas. Todo se desarrolló entre las 21.30 y pasada la medianoche, “no lo podían tirar estaba bien hecho el rancho. Igual lo tiraron todo”, soltó.

“Si sacan a uno tienen que sacar a todos, pero sin embargo fue a nosotros dos nomás. Está toda la manzana ocupada con casas usurpadas”

“Tanta bondad” 
Igualmente al día siguiente, cuando regresó a ocupar el terreno, contó que se acercó una autoridad policial. “El comisario vino y dijo que nos iba a dar una mano, tanta bondad, nos sacaron rematando del rancho y no nos mostraron órdenes de desalojo”, tiró con ironía la mujer que debió vivir la experiencia con su panza de siete meses a cuestas. Y agregó: “nos hicieron firmar como que salimos por las buenas, pero como hicieron las cosas mal volvimos. Al papel lo firmamos para no pelear ni hacer quilombo”, sostuvo. 
Sobre el cierre de sus comentarios a este diario, Romina aseguró que previamente no fueron avisados sobre un eventual desalojo. “Si sacan a uno tienen que sacar a todos, pero sin embargo fue a nosotros dos nomás. Está toda la manzana ocupada con casas usurpadas”, concluyó.
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