No hay dudas que Luis “Vizcacha” Aramendi es el máximo referente de este Quilmes campeón; es el indiscutido capitán del equipo y el estandarte del plantel.
Pero más allá de tantos años, de varios festejos con el Cervecero, al del último domingo lo vivió de una manera especial. “Venimos trabajando duro desde febrero; sabíamos que en el primer campeonato no habíamos jugado bien, pero le metimos una garra tremenda porque estábamos convencidos que teníamos las herramientas para dar vuelta la historia. Y mirá, acá están los frutos de tanto laburo; esta gente se lo merece verdaderamente porque nos banca en todas las canchas. Por suerte se nos dio; es hermoso ver un festejo tan grande”, destacó el capitán.
El Cervecero afrontó una verdadera final, con mucha expectativa, una gran presión y un marco espectacular; y desde el vamos intentó ser protagonista, salió al ganar el duelo. “Esto es Quilmes y no se puede hacer otra cosas que salir a buscar los partidos, más en nuestra cancha. Sabíamos que iba a ser difícil por el nivel del rival, pero confiábamos a muerte en nuestro potencial. Los chicos le meter una garra tremenda y Omar es un ganador; nosotros lo acompañamos…”, confesó humildemente.
Otra vez un penal, como hace dos fechas atrás ante Huracán, cuando Aramendi desperdició la chance. Pero el domingo se tomó una gran revancha; bajo presión pero convencido, definió como un grande. “Me había quedado con una calentura enorme por haber errado ese penal, el partido se nos escapó por ese penal. Después tuve 3 mano a mano y por el nerviosismo los desperdicié; cuando se dio el penal estaba tranquilo, lo tiré confiado”, admitió con naturaleza.
Ante Huracán, si bien no define el año, es el partido soñado. “Es el clásico, el otro día se nos escapó acá pero el fútbol te da revancha, eso es lo lindo y nosotros vamos por esa revancha. Queremos aprovecharla al máximo”, dijo a modo de promesa Aramendi antes que la multitud se lo llevara para la merecida vuelta olímpica.