– ¿En qué circunstancias se dio su alejamiento del CRESTA?
– La situación se planteó durante la semana pasada, pero también tuvo algún evento previo en el cual Javier Kristensen le solicita la base de datos de la comunidad académica a una integrante del equipo de CRESTA, que la protege y tutela dando una respuesta negativa a ese pedido.
– ¿Se lo pide en forma telefónica?
– Así es. Ella se sintió en una situación muy incómoda por las características del evento. Es información institucional, que una profesional sabe que no puede ventilarse y además utilizarse con ese fin. Eso tiene que ver con mi posición negativa a facilitar ese tipo de datos. Usa un término bastante desagradable, habla de la moralina de Gustavo Oosterbaan.
– ¿Ese término lo menciona Kristensen?
– Es el término que menciona él.
“Siento que debo ratificar lo que ha pasado”, indicó anoche Gustavo Oosterbaan en la redacción del diario
– ¿El llamado fue antes del fin de semana previo a su renuncia?
– Sí, fue jueves o viernes. Después el lunes finalmente desiste de esa posición porque esta persona no le permite, le dice que no va a traicionar mi confianza y tampoco lo va a hacer porque no comparte esta situación. El día martes recibo un llamado telefónico de Hugo Fernández indicándome de que se estaba redactando una nota con Javier Kristensen, la cual tenía que rubricar sin leer, estaba dirigida a los alumnos y que tenía el texto un contenido político, que se les pedía el voto. No tenía que leer, ni opinar, simplemente debía firmar.
– Quería que concurriera y se limitara sólo a firmar el escrito, sin leer…
– Me negué, por supuesto. Además tenía el agravante de que debía abrir la base de datos porque iban a enviar esa nota por mail a toda la comunidad académica del CRESTA. Esa situación fue muy violenta, pero ya me había acostumbrado lamentablemente. En ningún momento permití y me sostuve, más allá de mis convicciones, por las responsabilidades de la función por la cual estaba al frente en este caso del CRESTA. Les expliqué que era un delito, es muy difícil de aceptar cuando no hay entendimiento, cuando no hay razón y cuando las decisiones se toman de esa manera verticalista.
– ¿No aceptaron su negativa?
– Ni siquiera entendieron las razones de esa negativa. Son fundadas. No es una cuestión opinable. Agotada esa instancia el día miércoles de la semana pasada me llama el intendente municipal insistiendo sobre la base de datos del CRESTA, le pido que escuche los argumentos, y voy inmediatamente a su despacho con la ley de hábeas data, además informado por haber consultado diferentes fuentes judiciales que son los que entienden los alcances y responsabilidades.
– Dejó en claro que hay una ley que se iba a vulnerar
– La ley preve sanciones agravadas para funcionarios públicos. Si el que comete el delito está en la función pública, es un hecho agravado, como era el caso mío y de todas las personas que mencioné como el intendente, el jefe de Gabinete y el secretario de Comunicación. Es un delito.
Además en el marco de la responsabilidad y la confianza que nos otorgan ocho universidades nacionales. La recepción de la documentación es igual en todos los casos y las universidades no utilizan la base de datos para hacer una campaña política de cualquier tenor, la responsabilidad de esa guarda nos trasciende. Es compartida con una universidad nacional con la que hemos firmado el convenio, que se da en el marco de los estatutos de cada institución, donde están previstas estas cuestiones.
Son aspectos sustanciales, independientemente de la coyuntura y de la urgencia política, se vulnera algo tan importante que es ese marco de confianza, sobre el cual se construyó el CRESTA. Es una responsabilidad personal e indelegable. Traté de hacer todos los esfuerzos para disuadir de que no se insistiera en este sentido. Hubo un equipo de trabajo que mantuvo esa misma posición y para mi eso es muy importante, porque lo construimos en ese mismo marco de confianza. Con mi negativa, protejo la propia investidura del intendente.
Aparece esta cuestión de ‘bueno, yo la base de datos la voy o tomar de todas maneras con o sin vos, entonces corréte, andáte, renunciá’. Es una conversación que tuvimos en la presencia de su secretario privado, Pablo Abraham, y después se sumó también Werner Nickel, dos abogados que entienden perfectamente los alcances que tiene y las responsabilidades que implica este recurso. No es digamos un evento natural, normal, cotidiano, no es una base de datos pública, tiene que tener esos resguardos.
– ¿Cómo siguió el encuentro?
– La charla duró un buen rato. Me invitó a leer el contenido de la nota, no importa el contenido. Hoy en la calle me crucé con varios graduados y docentes, diferentes personas que integran la comunidad académica de CRESTA y todos coincidieron en la misma mirada. Me dijeron ‘si hubiera recibido un mail de ese tenor, no me queda la menor duda de que hubieras sido vos el responsable’.
– ¿En ningún momento el intendente desistió de este pedido?
– No desistió. Entonces me pidió la renuncia, yo no tenía más opción. Entregaba la base de datos o presentaba la renuncia. El acto simbólico de mi renuncia fue dejarle las llaves de CRESTA, las mismas llaves que desde 2005 abrieron y cerraron las puertas gran parte de los días. Y le dije como me pidió vuelvo a CRESTA al mediodía, porque era avanzada la mañana, y te traigo mi renuncia por escrito para que la consideres. Es un llamado a reflexión, también le dije del impacto ético, más allá de la ley, tenemos responsabilidades éticas, un compromiso con la sociedad, con la comunidad académica, no podemos de ninguna manera vulnerarlo. Independientemente de las cuestiones estrictamente legales. No es adoptar una posición legalista, ni tampoco la moralina a la cual se refiere Kristensen. Es un delito federal. No voy a asumir de ninguna manera, ni voy a convalidar y acompañar un evento que tenga éstas características porque no está en mi esencia.
– Hubo un intento de mediación el jueves ¿Algún concejal o funcionario se ofreció o dijo yo voy a hacer todo lo posible para que cambie el intendente su actitud?
– Mantuvimos una reunión, compartimos esta situación y como resolverla el jueves. Por la noche recibí a dos funcionarios en mi casa haciéndome una propuesta para tomarnos el tiempo de la reflexión, necesario para evitar que esto suceda. Consistió en que me tomara unos días de licencia; al día siguiente acepté esa posición, no sabía que pasaba a la vuelta, pero todo indicaba que era una forma de aliviar estas tensiones.
– ¿Siempre bajo la condición de que no tomen la base de datos?
– Por supuesto. Avancé en ese sentido. De ninguna manera estaba en mi ánimo perjudicar a nadie, menos a CRESTA. Firmé un pedido de licencia hasta el día 30, a los minutos escuché declaraciones del propio intendente enojado diciendo que en un 80 por ciento aceptaba mi renuncia, era imposible sostener eso. También escuché de su propia boca aceptando que el conflicto era ese, que había otras cuestiones; a ver: el conflicto es la apertura de la base de datos. Después minimiza, dice que en realidad es algo normal. No, es un delito. Siento que debo ratificar esta situación que ha pasado, de público conocimiento, pero que en algunos medios ha aparecido con enojos porque supuestamente arrojé las llaves en el escritorio del intendente. De ninguna manera voy a hacer una falta a su investidura.
– ¿Eso no fue así?
– Dejé la llave porque es muy simbólico, la forma en que expreso la renuncia. Después alcanzo la nota por escrito, como me pidió el intendente. Pasaron luego los encuentros o desencuentros hasta que vi que era imposible resolver estas cuestiones. Entiendo que por lo que ha sucedido han desistido de esta situación, si insisten claramente va a quedar expuesto y revelado el interés. También vi después con mucho asombro que la mecánica seguía exactamente igual con otro grupo que son los productores agropecuarios, por los caminos rurales, pero tiene una correlación directa con este accionar. Como funcionarios, tenemos una enorme responsabilidad con la sociedad.
– Por último, ¿con anterioridad le habían hecho un pedido de similares características?
– En algunas anteriores elecciones siempre estuvo presente una solicitud y alcanzaba con una explicación. No es la primera vez. Pero había logrado explicar o persuadir. En esta oportunidad, la condición era la base de datos o renunciás.