“Si me preguntas qué voy a estar haciendo en 2037, teórica y seguramente voy a estar entregando la llave de Borneo, pero no sé qué va a pasar el mes que viene. Ahí es cuando hablo de aventura. Será todo aprendizaje”, sostuvo al cierre de la entrevista.
Mientras fue director municipal de Turismo, Diego Fernández le pedía a los prestadores privados que se animen a dar ese salto que les permita mejorar el servicio o producto dirigido al turista. Hoy, a prácticamente dos años de haber dejado la función pública, se encuentra del otro lado del mostrador y piensa sostener esa premisa.
“Por lo que estudié, por mis convicciones y por lo que reclamé cuando estuve en el Estado, este desafío me obliga a no ser menos”, afirmó.
La imagen refleja un boceto del proyecto integral
Tras confirmarse la adjudicación de la ex Playita del Medio, Diego Fernández habló con este diario sobre la ambiciosa idea que busca desarrollar en Claromecó, precisamente en el parador que a partir de la venidera temporada se conocerá como Borneo. Se trata de un proyecto que llevará a cabo desde la temporada 2017/2018, el cual, “si las cosas salen como están pensadas”, tal como lo espera el licenciado en Turismo, puede marcar un antes y un después para la localidad balnearia. El nuevo concesionario del ex Nahuel Epú firmará la semana que viene el contrato con el municipio. El convenio será por 15 años, más la posibilidad de extender el vínculo por otros cinco años -si es que ambas partes manifiestan acuerdo-.
– Características de la obra: En líneas generales, se desarrollará sobre pilotes, sin contacto con la arena de base. Su construcción será en seco, en madera, combinado con sistema durlock de placas cementicias y de roca de yeso de bajo impacto ambiental, desestimando la utilización de construcción húmeda.
En familia
Fernández no encara solo esta aventura. Detrás de sus expectativas están María -su actual pareja- y su familia, la misma que le dará una gran mano en el ambicioso emprendimiento que buscará crecer a metros del mar y rodeado del entorno natural de Claromecó.
Todo se adelantó. En su cabeza giraba la idea de presentar un proyecto en base a la concesión del parador ubicado en Dunamar que caducará en 2018. Sin embargo, los hechos se dieron más rápido de lo pensado. “En mi regreso de Colombia, me encontré con esta posibilidad y nos pusimos a preparar el proyecto en familia, como lo hacemos todo”, expresó Diego, hijo de Miguel y Ana, ambos de reconocida trayectoria comercial en nuestra ciudad.
Entre 2011 y 2015, el licenciado fue director de Turismo del municipio de Tres Arroyos. No obstante, dejó el cargo. A partir de esa decisión, su vida estuvo lejos de la función pública. Y también de Argentina. “Me fui a Colombia para ver qué podía hacer. Mi novia estaba allá. Al haberme deslindado de las responsabilidades laborales de acá, veía que no tenía sentido tener un noviazgo a tantos kilómetros de distancia”, expresó.
Su primera escala en el país “cafetero” fue en Bogotá. Luego, y ya con la relación sentimental con su pareja más afianzada, la apuesta se trasladó a Medellín. El objetivo de la mudanza giró alrededor de las cuestiones laborales de ambos. “Me puse a hacer consultoría. Allá hay mucho por hacer sobre eso. Entonces, basado en turismo y en atención al cliente, estuve trabajando en eso hasta que salieron nuevos proyectos”, contó Fernández.
A Diego Fernández le resultó difícil ocultar todo su optimismo por el proyecto que impulsará
Pie a fondo
Tras un viaje de Colombia a Argentina, puntualmente a Tres Arroyos, tomó conocimiento de que la concesión del ex Nahuel Epú salía a licitación. Presentó el proyecto y ganó la adjudicación por haber superado a otras dos ofertas, entre ellas, la de Julián Lamberti, el último responsable del parador.
“Nos falta firmar el contrato. Se hará la semana que viene, pero la notificación nos llegó hace unos 10 ó 15 días”, sostuvo. Ni bien supo de la noticia, Fernández se tomó el avión y se instaló en Tres Arroyos para comenzar una aventura de veinte años. “Desde que nos llegó la notificación por la adjudicación, pusimos todos los motores a trabajar sabiendo que no tenemos mucho tiempo. Esa es un poco la contra que hoy tenemos, pero sabemos de casos que han estado peor. Todavía tenemos tiempo”, subrayó con optimismo.
Sin hacer grandes modificaciones en la actual estructura del parador, la idea de Fernández es que Borneo brinde servicios de playa en el venidero verano, pero con la idea de que el proyecto dé un giro de 180 grados para 2019. “Abriremos a las siete de la mañana ofreciendo desayunos y estaremos hasta las 10, 11 o 12 de la noche, dependiendo de lo que nos vaya diciendo la temporada. La idea es ofrecer servicio de carpas, sombrillas, quiosco y restaurante, opción que va a estar reducida a viandas o minutas”.
“Va a haber un almuerzo, pero muy acotado en esta etapa. Por decir algo, ofreceremos milanesas, bondiolas, hamburguesas, licuados, jugos y bebidas como para poder abastecer el servicio de playa”, adelantó.
Y agregó: “A medida que vaya transcurriendo la tarde, daremos una propuesta más enfocada en las picadas, gaseosas y cervecita. Para la cena, puntualmente, vamos a abrir en ocasiones especiales. Aunque si alguien va a comer una hamburguesa o una bondiola, lo va a tener; pero no brindaremos un plato elaborado porque sino tendríamos que hacer muchas modificaciones a un lugar que derribaremos en cuatro meses”.
El verdadero Borneo
Fernández tiene en claro que la apuesta es fuerte. “El plan que tenemos es mucho más ambicioso de lo que buscamos ofrecer para este verano”, puntualizó el licenciado, quien con esa afirmación le dio paso a la descripción del verdadero Borneo que pretende.
“En abril, a la estructura actual se la va a tirar abajo. Cuando hagamos eso, en paralelo, empezamos con la construcción de un parador nuevo que estará conceptualizado en algo que va más allá de la temporada. Pensamos en montar un spa para que sea utilizado durante el resto del año, especialmente cuando los días son fríos”, resaltó, al tiempo que agregó que el lugar ofrecerá jacuzzi, sauna, yoga y fitness.
A su vez, puso de manifiesto que el proyecto integral buscará adaptarse al entorno de Claromecó. En ese sentido, dio precisiones en base a una de las bondades principales que brindará Borneo. “La otra posibilidad que daremos para el invierno es que el salón comedor se convierta en una sala de eventos y convenciones. Nuestra intención es que las empresas tengan un lugar a la vera del mar para que puedan hacer conferencias o reuniones de trabajo”, describió.
Sin embargo, se encargó de mencionar que Borneo ofrecerá opciones para todo el público. “Habrá servicios para todas las gamas de clases. El que quiera pasar el día tomando un café y mirando el mar, también lo podrá hacer y no va a necesitar gastar mucho. Obviamente, el que más servicios quiera, más costos va a tener que afrontar”.
Para este verano, se mantendrá la estructura conocida del parador. En abril se demolerá para dar comienzo a una nueva etapa
Entre los cambios más significativos que el lugar tendrá en comparación con otros años, es el de la nocturnidad. “No va a haber noche. A lo sumo, habrá un bar hasta la una o dos de la mañana. No se va a armar boliche ni cantobar. Nos volcamos de lleno a trabajar durante el día”, expresó Fernández, quien, junto a su novia y unas tres personas más, se encargará de darle vida a Borneo durante este verano.
Las expectativas son altas en el licenciado y toda su familia, aunque también mostró signos de prudencia en sus apreciaciones. “En algunas cosas nos equivocaremos y será la hora de los replanteos. Pero, a su vez, vamos a reforzar lo que vaya bien”.
Logo que identifica al parador
El nombre
La elección del nombre del parador no fue un hecho menor para Diego Fernández. Luego de proponer, analizar y de consensuar con familiares y amigos, la denominación final fue elegida entre más de diez posibilidades. Y Borneo, un término náutico, ganó la democrática pulseada.
“Cada uno de los nombres tenía un porqué. El borneo es cambio de dirección de la proa de una embarcación alrededor de su ancla. Y se da por la acción del viento”. Aunque tiene previsto que las puertas del parador se abran oficialmente con la inauguración de la temporada 2017/2018, Fernández sabe que el efecto Borneo ya está en marcha; y que la aventura finalizará promediando 2037.