El informe de impacto ambiental de la pista para el enduro presentado ante el municipio en mayo de 2016 y que la secretaria de GAPTA, Ana Colantonio, describió para La Voz del Pueblo, afirma que “lo más grave de todo es la destrucción del médano frontal, que regula la dinámica costera evitando la erosión”.
El estudio hecho por las investigadoras Andrea Taraborelli y Analía Belaus detalla que ese ambiente lindante al faro recibe un “impacto físico con los vehículos sobre el suelo, quedando la zona expuesta al desbalance provocado por la erosión hídrica y eólica”. El trazado también genera consecuencias negativas “sobre la riqueza y abundancia de la fauna del lugar. En Claromecó aún existen ejemplares que están en vías de extinción como por ejemplo la lagartija de las dunas, declarada Monumento Natural de la Provincia”.
También afecta “la riqueza y la cobertura vegetal con las distintas especies que hay”, mientras que otro aspecto que resulta negativo es “la contaminación sonora porque el ruido que provocan los cuatriciclos y las motos del enduro superan significativamente los niveles sanos adecuados para el bienestar de las personas”. A ello se le suma “la contaminación por combustión de los motores, la basura que se encuentra y la inseguridad que provocan los cuatriciclos en su andar”.
Desde GAPTA, además ponen el acento en que estas consecuencias no sólo se advierten durante las fechas de la competencia de cuatriciclos y motos, sino que el uso de la pista “es durante todo el año”.