Señora directora:
¿Sería tan amable de dar por planteado durante estos tiempos de cambios, el tema que padecemos todos los asegurados con automotores, que todos ellos tienen tercerizados sus servicios a empresas de las que somos consumidores cautivos? ¿Nadie controla como cada consumidor pone padecimientos de los más inhumanos al servicio de un prestador pago?
El jueves por la noche llamé desde las 20.30 y hasta pasada la medianoche hubo una grabación que gastaba mi batería, en medio de la noche, lloviendo, sin posibilidad de desencajar si no era con otro vehículo. Luego de la medianoche, un amable Luis quiso dar ayuda usando las no ayudas… mandaron para “probar” una camioneta de tracción simple a un barril, un solo empleado, nada pudo hacer. Espero no pretendan descontármelo como servicio.
Ya descorazonada “molesté” al 147, que más allá de no ser su función asignada, tampoco la Patrulla Rural, pusieron todo lo que estuvo a su alcance; colocar los conos en esa oscuridad, darme agua para pasar la noche…
También en el amanecer “molesté” al Ente Vial, que aportó lo suyo. Será posible si yo a las 20.30 hubiera estado lastimada y aún el prestador tercerizado no ha aportado nada, como tantas otras veces, con la necesidad de esperarlos horas y horas. El señor Luciano Sánchez era chofer de una grúa y daría más testimonios…
Todas las áreas policiales que respondieron, llamaron para ver cómo estoy, adulta mayor, sola con diabetes, proceso oncológico en controles… y no les pago como a cada seguro. Si vamos a cambiar, aporto un tema además del moobing del que soy víctima.
Beatriz Elena Benlliure de Savio