Por Ernesto Martinchuk, periodista parlamentario
Mientras el PJ bonaerense puso en marcha la sucesión de Fernando Espinoza, pocos de los jefes provinciales peronistas quedaron bien parados tras el resultado de las últimas elecciones con vistas a la reunión que mantendrán con el presidente Macri el lunes próximo. Uno de ellos fue el sanjuanino, Sergio Uñac; y el otro, el tucumano Juan Manzur. Los dos lideraron, junto al cordobés Juan Schiaretti (que perdió, pero mantiene buena imagen en su provincia), la reunión en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), el búnker de los mandatarios.
La reunión fue una respuesta al discurso de Cristina Fernández de Kirchner tras las elecciones: la expresidenta se endureció, advirtió que fue la más votada, e insinuó que la renovación del peronismo la necesita como líder. Era algo que los mandatarios no querían oír, acostumbrados al destrato de “la señora”, como la llaman.
Domingo Peppo y el vice de Juan Manuel Urtubey, Miguel Iza, hicieron su descargo fulminante contra el kirchnerismo, cuyas listas por afuera del peronismo los perjudicaron tanto que, aún habiendo ganado en las PASO, perdieron en la general. En Chaco y Salta Cambiemos no sacó más votos entre una elección y otra. Lo que pasó fue que el peronismo perdió caudal a manos del kirchnerismo.
Cuando llegó, más tarde de lo pactado, la santacruceña Alicia Kirchner. “Ahí bajó un poco el sesgo antikirchnerista de la reunión, pero igual ella no podía decir nada. Y de hecho estuvo casi toda la reunión en silencio”, explicó uno de los presentes.
El que hizo todo lo posible para seguir siendo el nexo “indispensable” de los gobernadores con el Congreso fue el senador Miguel Ángel Pichetto. Les llevó a los mandatarios -y a los representantes de los ausentes- varias carpetas con la distribución de los recursos federales a las provincias prevista para 2018, y puso especial énfasis en el fideicomiso que se armará con las obras que tienen financiamiento internacional.
En realidad, les acercó la información que necesitaban para discutirle al gobierno el reparto del dinero. Es un tema sensible, porque muchas provincias están en rojo, y temen que la Corte Suprema le de un respaldo a la bonaerense María Eugenia Vidal, que pidió más recursos para el Fondo del Conurbano.