Historias de pioneros daneses por un bisnieto de inmigrantes

En este clima, con el libro sobre el pequeño escritorio de la sala y horas antes de realizar la presentación del mismo, Martín Adair empieza a contar el origen de “Pioneros daneses en Copetonas y San Carlos de Bariloche. Mate, acquavit y skäl”. En este nuevo trabajo, Adair relata la historia de Copetonas desde una perspectiva inédita, rescatando el escenario cotidiano de la comunidad danesa, cuyo asentamiento es previo a la fundación de la localidad. 

En la descripción del escenario se rescata su labor como chacarero y la realización de sus faenas, su educación y vida religiosa, su vida cultural, recreativa y deportiva; y también su participación en instituciones como cooperativas y sociedades de fomento.  

El interés por conocer y saber de la colectividad danesa se lo transmitieron su madre y su abuelo que había nacido en Dinamarca y llegó a la Argentina cuando tenía un año. 

 “Mi abuelo fue chacarero, que heredó por tradición de mi bisabuelo. Pero no se puede hacer una ley general y decir que los daneses llegaron a Argentina por una situación de pobreza. Según leí cuando, mi bisabuelo se estaba acriollando bastante, le gustaban las yerras, los caballos y el mate, vuelve a Dinamarca, se casa con mi bisabuela y ahí nace mi abuelo. Fue en ese tiempo que se cansó de Dinamarca y regresa a la Argentina, cosa que me enorgullece decir, ya que el nuestro es uno de los principales países donde llegaron los daneses, el tercer o cuarto país donde emigran, especialmente cuando se desató la fiebre del trigo. Por eso, este interés por sus historias, me lo transmitieron mucho mi abuelo y mi madre”. 

Martín cuenta que “de chico siempre iba a la chacra de mi abuelo, lo que influyó mucho en mi educación. Vuelvo mucho a la zona porque tengo en Reta mi casa de veraneo”. “Este año esperé que saliera mi libro para venir a dar una charla en Tres Arroyos. Hace poco hablé de los dinamarqueses y la siembra del trigo en las pampas bonaerenses. El primer hombre blanco que siembra trigo al sur del río Salado en plena época de Rosas fue Juan Fur. Cuando los dinamarqueses vienen a Tres Arroyos, después de la Conquista del Desierto, llegan a sembrar trigo en estas tierras”.  

Martín presentó su libro en el que cuenta la vida de las familias danesas en Copetonas y de algunos trabajadores que se radicaron en Bariloche. “Encontré fuentes muy ricas y variadas que compilé para hacer el libro. Una de ellas fue la visita de la reina Margarita a la Argentina, hace cincuenta años que se alojó en El Destino, estancia de mi tío abuelo Bertel Skou y comió una parrillada en La Paz de Pablo Termanssen de la zona de Copetonas”. 

En el libro cuenta cuestiones que se han perdido en las generaciones como el idioma. “Se mantuvo la endogamia en la generación de mis abuelos, pero en la de mi madre se dio un doble fenómeno; por un lado, muchas personas se casaron entre sí y otros de la misma generación formaron matrimonios mixtos y dejaron de enviar a sus hijos al Colegio Danés. La historia de los daneses es muy rica y desconocida”.

En otro capítulo del libro Martín escribe sobre la construcción del Centro Cívico de Bariloche a cargo de un dinamarqués, al igual que un ramal de ferrocarril de la zona. “Sabemos que el Centro Cívico lo mandó a construir el ingeniero Ezequiel Bustillo -director de Parques Nacionales-, que le encargó la obra a Martínez de Estrada que hizo los planos, pero la obra físicamente hablando la construyeron unos dinamarqueses. 

Entre ellos, Enrique Lunde que había estado en Villa Traful, luego pasó por Necochea y construyó el Colegio Danés. Finalizada esa obra, viajó a Bariloche a construir el Centro Cívico y un ramal de ferrocarril”. 

“Pioneros daneses en Copetonas y Bariloche” cuenta una serie de historias y anécdotas que relatan cómo era la vida en ese entonces. “Condiciones duras en la que vivían en un rancho -algo que mi bisabuela contó en una carta que envió a Dinamarca-. Mi abuelo salía a cazar martinetas, a mi bisabuela no le gustaba carnear porque enseguida se ‘pasaba’ esa carne”, indicó. 

Agregó: “Me interesa de ellos sus anécdotas. Algo que sé es que los daneses no vivían en situación de pobreza en su país de origen y no tuvieron la particularidad de venir a amasar riquezas. Siempre fueron una sociedad de clase media compuesta por medianos y pequeños propietarios. Algunos estancieros más grandes fueron los que trajeron a los más pequeños. En la colectividad nunca existieron diferencias sociales, el elemento étnico pesó más que cualquier cuestión socioeconómica”, finaliza Martín su adelanto del libro. 

El escritor nació en Buenos Aires en 1966 y está vinculado a la comunidad danesa por su ascendencia. Es profesor de Historia e historiador especializado en investigaciones sobre pioneros europeos, fundamentalmente, daneses en las pampas bonaerenses y la Patagonia. 

En 2003 publicó su primer libro: “Relatos Nuevos de la Patagonia Vieja”, episodios escritos por Andreas Madsen en el Chaltén. Fue grato encontrar nuevamente a Martín al que la cronista conocía por haber compartido alguna visita guiada con él en Buenos Aires por la Manzana de las Luces. El recuerdo trajo al lugar un hecho histórico que Martín relata acerca de la firma del documento que crea al Partido de Tres Arroyos, algo ocurrido justamente en esa Manzana que Martín recorriera hace tantos años con los alumnos del Colegio Holandés.

La entrevista no termina con el stop del grabador. Martín avanza un poco más en su propia historia, que es también la de sus ancestros.

“Siento que soy bonaerense. Y mi segundo partido es el de Tres Arroyos. Me siento como mi bisabuelo o como mi abuelo, que llegó con un año y para él esta siempre fue su tierra”.