El Cervecero encaminó su serie

Aprovechando su dinámica, el juego veloz y asociado, seguridad y confianza para presionar, y especialmente con el poder ofensivo para pegar en el momento justo, los de Omar Espinal hicieron méritos más que suficientes para justificar el resultado que, si hubiese sido más amplio, se mantenía en la lógica del juego. 

Es que este sorprendente Unión, revelación de la temporada, nunca se sintió cómodo para generar juego y menos aún si se habla de posibilidades de gol; además, sufrió con la velocidad del rival y siempre fue de atrás en el partido, tratando de encontrar su momento que nunca llegó. 

Desde el vamos, Quilmes asentó su postura y abriendo la cancha encontró espacios en el ataque. Una llegada a fondo de Di Croce y un cabezazo de Colonna fueron el preanuncio de lo que llegaría a los 20′. En ese momento, Unión tenía un tiro libre a favor que llegó en forma de centro al área rival; pero el local recuperó la pelota y con una rápida salida a fondo de Di Croce y Zaragoza, que agarró muy mal parada a la defensa visitante, derivó en Prieto quien con un toque suave puso el merecido 1-0. 

Para Unión, estar en desventaja parecía un problema sin solución porque con un esquema conservador y un solo delantero, el aporte de los volantes no era el necesario. A los 10′ del complemento el ingreso de Montes intentó darle una alternativa de ataque, pero no era la tarde del Tatengue que sólo tuvo en esta etapa un remate largo y alto de Zárate, y porque el Cervecero estaba posicionado en la cancha con autoridad y superioridad. 

Entonces no llamó la atención el 2-0 de Colonna que con potencia ganó en lo alto en un córner; es más, en una tapada de Moreno a Aramendi, una displicente definición del capitán y una chance que Knudsen no pudo resolver tras pase de Quintana, la ventaja podría haber sido más amplia aún, aunque con esta diferencia, y de no suceder un cambio radical y rotundo, la serie la tiene muy bien encaminada.