Anoche, la sala mayor de Museo Mulazzi fue el lugar donde Aldo López Sansón y Nora Solfanelli brindaron el mejor de los recuerdos al “gran maestro” Ismael Jaka.
No sólo el fantasma de la danza estuvo presente, cada uno de los que concurrieron al acto como a la muestra que se realizó en la sala vecina, que lleva precisamente su nombre, participaron del mismo. Un lugar perfectamente ambientado, con innumerables recuerdos “de los que sólo acá hay un cinco por ciento de lo que Nora posee de Ismael”, según dijo en la conferencia López Sansón, engalanaban lo que para cada uno de los que anoche se dieron cita recordaban al maestro.
Sumado esto a la muestra de sus trabajos realizados en lápiz, carbonilla, grafito, pastel y acrílico. Durante la alocución, Aldo López Sansón y Nora Solfanelli recordaron pasajes de la vida de Ismael Jaka, su forma de ser, conocimientos y disciplina, no sólo de la danza sino en la vida.
“Para Ismael no había un imposible, todo era factible de realizar, sólo había que proponérselo”, según Nora Solfanelli. “El era un creador nato, alguien de cabeza muy abierta a pesar de su rigurosidad en la danza. Hablar de arte con él era entrar a un mundo en el que todo era posible y al que cualquiera podía acceder. Una persona que para todo tenía respuesta”.
“Fue maestro de danza, coreógrafo, escritor, hacedor de vestuario… hasta psicólogo de sus propios bailarines. Algunos lo recuerdan como un verdadero padre”, dijo con sentida emoción Aldo López Sansón.
Luego de esto se abrió el fuego para que cada uno de los presentes pudiese aportar, desde los recuerdos o anécdotas, semblanzas de Ismael Jaka. Y fue allí cuando se vivieron momentos más que emotivos que arrancaron aplausos y ni que hablar de algunas y bien justificadas lágrimas.
También esta cita para recordarlo y brindarle sentido homenaje en muchos casos sirvió para lindos reencuentros y risueñas charlas que cruzaron entre quienes participaron del acto con los ocasionales locutores, pero muy buenos hacedores, de esta muestra: Nora Solfanelli y Aldo López Sansón.
Cada uno aportó lo suyo para hacer de esta noche algo especial. Las palabras de los dos disertantes marcaron determinadas etapas y particularidades de la vida de Ismael Jaka.
Sumado a lo que cada uno de los concurrentes aportó en cuanto al reconocimiento y el recuerdo de este santafesino que llegó a nuestra ciudad con el ballet La Jeunesse, afincándose durante casi tres lustros, dando clases de danzas clásica y española, teatro, hasta folclore y tango.