“El 80% depende de la actitud psicológica, el 20% depende de la aptitud técnica”. Ese fue uno de los mensajes que dejó Ignacio Berengua en su paso por Tres Arroyos, afirmación que se puede aplicar para cualquier actividad que una persona encare, e incluso puede ser abarcativa de cualquier aspecto de la vida.
El veterinario disertó la semana pasada en el Centro Danés, en el marco de la reunión que la Comisión de Tutores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad del Centro mantuvo en esta ciudad. La presentación de Berengua se denomina “Actitud manía”, y según su propia definición “intenta sacar los valores que cada uno de nosotros tiene adentro, mostrarlos y recordarlos. El eje central es el tema de la actitud y de la motivación”.
– Vos sos veterinario, ¿cómo terminaste dando charlas motivacionales?
– Esto nace como un servicio desde la empresa en que trabajo volcado al tema de recursos humanos, pensando en el personal. Y en realidad nace por accidente: en una charla técnica que yo daba, que era sobre inseminación artificial y duraba unos 45 minutos, se me ocurrió dedicarle los últimos cinco minutos a temas vinculados a la motivación, a la energía, a la actitud. Y me di cuenta que en esos últimos cinco minutos la gente estaba mucho más interesada que en el resto de la charla. Así que esa parte fue creciendo hasta que se transformó en esta presentación que utilizamos mucho en el sector agropecuario desde Semex para tratar de motivar y dirigir un poco mejor los recursos humanos que son tan importantes en el campo.
– ¿Cómo definís la motivación?
– La motivación es la energía que cada uno de nosotros puede poner para desarrollar una actividad. Pasa por la actitud, por las ganas, por el convencimiento de poder alcanzar los objetivos. De saber que se puede. Y eso tiene un peso determinante en una empresa. Porque a las cosas en una empresa las hacen la gente y si nosotros tenemos un buen equipo de empleados dentro de la estructura, seguro que todo va a salir muchísimo mejor.
– ¿El mensaje es el mismo para hombres y mujeres?
– La diferencia entre hombre y mujer es otro de los puntos que abordamos y que hay que tener muy en cuenta sobre todo en equipos de trabajo que son mixtos. Esas diferencias que hay entre los géneros hay que aprenderlas a leer y manejarlas de la mejor manera. Los cerebros funcionan de manera distinta, lo importante es saber las diferencias y acomodarlas para que todo se desarrolle lo mejor posible. Y esto no sólo sirve para la parte laboral sino también para los vínculos de pareja, noviazgos, matrimonios.
– ¿La aceptación de la gente a tu mensaje varía según el contexto, cuesta más en tiempos de crisis?
– Es relativo. En los momentos de crisis esto cuesta un poco más. Levantar el ánimo en situaciones difíciles es mucho más laborioso, pero también es más necesario. Entonces por ahí en esos momentos la gente está más receptiva porque está más necesitada de ese tipo de mensajes.
La presentación de Berengua se denomina “Actitud manía”
– Has dado más de 500 charlas, ¿hubo alguna que recordás en especial, que te haya marcado?
– Esta presentación fue la misma charla que recibió el equipo de River camino al ascenso a la Primera A, me tocó darla antes del partido con Rosario Central, que era determinante.
– ¿Sos futbolero?
– No soy fanático.
– ¿Cómo llegaste a presentarte frente a los jugadores de River?
– El martes previo al partido recibí un llamado de Matías Almeyda (era el técnico de River) que me convocaba para hacer esto mismo para los jugadores y el cuerpo técnico. Y ese mismo jueves por la noche, en un momento que era de extrema presión pude trabajar con ellos. Es más, yo a partir de ese momento le he agregado a mis charlas las enseñanzas que me dejó haber vivido ese momento.
– ¿Qué te dejó a vos esa experiencia?
– Mucho aprendizaje. Aprendí primero lo que significaba la pasión del fútbol, al no ser fanático me tocó descubrir la tremenda pasión que tiene la gente por este deporte. Y eso se dio por las reacciones que tuvieron amigos míos cuando les dije que había ido a River.
Otra cosa que pude aprender es el manejo de la presión en gente muy joven. Cuando entré a la concentración y vi a los jugadores de River, lo primero que me dije fue: “¿Estos son los jugadores de River? Porque sacando las grandes figuras como Cavenaghi, el Chori Domínguez, Trezeguet, Ponzio… El resto era gente extremadamente joven y sometida a una gran presión. Por eso, el trabajo que se hizo en ese sentido sobre esos jugadores fue fundamental. Y sobre todo la tranquilidad que transmitía Almeyda en ese momento tan difícil.
El tercer aprendizaje que pude sacar fue la importancia y el soporte que tuvo en todo ese proceso Matías por parte de su familia, puntualmente por el trabajo de su esposa.
– ¿En qué lo notaste?
– Luciana García Pena, la mujer de Matías, estaba en todo. Fue increíble el trabajo que hizo, y yo sigo estando en contacto con ella. Estuvo en todos los detalles para que Matías pudiese logar el objetivo. Cuando hicimos esa charla ella había preparado un video de todos los familiares de los jugadores, y se ocupó de todo: contactó a las familias, lo grabó y preparó el video para motivarlos más.
– ¿Antes de esa charla tenías alguna relación con Almeyda?
– No, su invitación surgió a partir de una charla que di en Azul, en la que me vio algún pariente y le comentó. A partir de eso sí seguí en contacto con él, trabajamos hasta el final del campeonato, cada tres días nos conectábamos.
– ¿Cuál es el mensaje que recibís de la gente que te escucha? ¿Qué efecto tiene en vos?
– Las devoluciones son increíbles y eso es lo que realmente me entusiasma a continuar con estas presentaciones. Hemos hecho más de 500 en todo el país, he trabajado en países limítrofes como Uruguay y Bolivia. Y lo que uno recibe es muy motivante, es un poco el espejo de lo que uno da.
– ¿Las empresas están interesadas en profundizar estos temas?
– Sí, nosotros estamos incorporando el tema de las emociones, que es algo que se está hablando muchísimo en las empresas. Básicamente se está apuntando a dos cuestiones: a la empatía, ponerse en el lugar de la otra persona; y al buen manejo de las emociones para poder movilizar a las personas a través de esas emociones.