Sabía que si lo agarraban ya no podría zafar, que su tiempo en la cárcel sería largo, bastante más largo de lo que había conocido en los penales de Magdalena, Olmos y Gorina en los últimos 13 años. Más aún porque “Pepito”, el hombre al que la policía detuvo por el crimen de Abril Bogado, gozaba de libertad asistida al momento de homicidio de la nena.
Fue el José Nicolás Villafañe el juez que le otorgó el beneficio, quien también resolvió así en otro caso que terminó en una masacre.
El sospechoso se resistió a los tiros al arresto que se produjo en 505 y 5, en Ringuelet, a tan solo 11 de cuadras de donde la madrugada del domingo fue baleada la nena de 12 años cuando dos delincuentes intentaron robarle el auto a su papá: sólo se llevaron la billetera. “En presencia de testigos, reconoció haber sido el autor del disparo que le quitó la vida a la menor y manifestó que se le había escapado”, dijo uno de los jefes policiales que intervino en el operativo.
Identificado por la policía como José Edgardo Echegaray, de 32 años y casi vecino de la familia Bogado Scenna que hoy sufre por el crimen de Abril, “Pepe” o “Pepito” vivió -y robó- toda su vida en La Plata: en calle 506, entre 6 y 7; a tan solo dos cuadras de donde lo detuvieron y a nueve de la casa de la nena de 12 cuyo crimen le adjudican. (Clarín)