“Urbanismo es el conjunto de disciplinas que se encarga de estudiar los asentamientos humanos, organizando y planificando estratégicamente las ciudades”.
Fue por la iniciativa del arquitecto argentino Carlos María Della Paolera que se instauró un día para repensar y replantear la ciudad, y se determinó que cada 8 de noviembre se celebre el Día del Urbanismo. Se celebra en más de 30 países en cuatro continentes.
Es un día especial donde se reconoce y promueve el rol de la planificación en la creación de comunidades sustentables. El Día Mundial del Urbanismo presenta una excelente oportunidad para visualizar la planificación desde una perspectiva global, pues es un evento que apela a la conciencia de los ciudadanos y las autoridades públicas al llamar la atención hacia el impacto ambiental que produce el desarrollo de ciudades y territorios.
Della Paolera fue el primer catedrático de urbanismo en la Argentina. Egresado del Institut d’urbanisme de París, actuó como director del Instituto de Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. En noviembre de 1934, Della Paolera lanza su manifiesto urbanista, luego de observar el estado lamentable de las ciudades modernas y de constatar la creciente inquietud entre los arquitectos e ingenieros de su generación de crear ciudades más habitables.
“En esas colmenas humanas que son las grandes ciudades modernas se ha roto el equilibrio razonable entre la obra artificial y los elementos de vida que generosamente nos brinda la madre naturaleza. Siguiendo los más variados rumbos en sus investigaciones, los urbanistas de todo el mundo han llegado a la conclusión de que es necesario reconquistar el aire, el sol y la vegetación para el ambiente de la ciudad moderna”, planteaba Della Paolera en esa época.
“La ciencia urbanística moderna ha puesto plenamente en evidencia que la utilización en la ciudad de los más maravillosos e inesperados recursos de la técnica, no debe ni puede excluir el aprovechamiento intensivo de los elementos naturales. La ciudad, como el árbol, no puede deligarse de la tierra que la sustenta”, decía también entonces.
Este inquieto arquitecto vislumbró la creación de todo un movimiento que empezara a generar un cambio de mentalidad sobre cómo concebir y construir la nueva ciudad.
Así, aunando sus reflexiones y manifiestos, diseñó un símbolo para identificar el movimiento: un campo celeste sobre otro verde, para representar el cielo y la naturaleza, y un sol en medio de estos. Este símbolo fue adoptado por unanimidad en el Congreso de Urbanismo de Besanco, Francia, en 1935, luego en el Primer Congreso Argentino de Urbanismo de Buenos Aires, en 1935, y en el primer congreso de urbanismo de chile en 1938.
En 1949, luego de entusiasmar a gremios de arquitectos, constructores e ingenieros en América y Europa, Della Paolera propone la iniciativa de celebrar cada 8 de noviembre el día mundial del urbanismo.
Salir del caos
América Latina es la región del Tercer Mundo más urbanizada. Sin embargo, sus ciudades están repletas. Esta zona tiene dos de las cinco mayores urbes del planeta: ciudad de México, con 19,4 millones de habitantes, y Sao Pablo, con 18,3 millones.
Su tamaño es consecuencia de la explosiva emigración del campo a la ciudad a partir de la segunda mitad del siglo XX. “Ahí comenzó un ‘despelote’ generalizado”, explicó a la agencia Reuters el urbanista argentino Roberto Segre, profesor de la Universidad de Río de Janeiro.
Sin embargo, Brasil y Colombia han logrado experimentos exitosos de cómo revertir el caos urban o y construir ciudades con más verde, menos contaminación y mejor transporte. Se trata de los casos de Curitiba y Bogotá. Ambos ejemplos están siendo utilizados como modelos en muchos países en vías de desarrollo.
Fuente: Colegio de Arquitectos de la provincia de Buenos Aires, Distrito X Delegación Tres Arroyos