Aquel extenso campo dividido por el arroyo, al cual se lo había llamado Huinca Loo y luego rebautizado como Cristiano Muerto, nombre con el cual se lo conoce, sería luego donde se asentara un nuevo pueblo, fundado en 1913 por Ramón Santamarina, un español al cual pertenecieron gran parte de estas tierras y que provenía de la ciudad gallega de Orense, en la Galicia española, razón por la cual se le otorgó ese nombre a la población.
La historia cuenta que todo comenzó a inscribirse a fines de 1910 junto al ramal ferroviario que se fue extendiendo sobre la costa bonaerense, y fue cuando en ese tiempo la primera locomotora irrumpió en la estancia Las Mercedes, de Angela Santamarina de Temes, punto de partida para que el pueblo comenzara a tomar forma y tres años después fue fundado.
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Inmigrantes de distintas nacionalidades se fueron asentando en el lugar y comenzó a crecer, a la vez que los primeros turistas de la región comenzaban a instalar casillas de madera a pocos metros de la costa, en lo que hoy es el balneario, que cobró forma a partir de 1929 cuando se formó una comisión con el propósito de comenzar a organizar un centro turístico, para lo cual la primera obra concretada fue la traza de un camino que unió la localidad de Orense con la costa.
Esta es una mínima parte de la historia de Orense y su balneario, que conjugan la armonía de una comunidad con la vida junto al mar, y ambos puntos se sostienen pujantes en el tiempo