Las últimas precipitaciones caídas sobre Tres Arroyos dejaron al descubierto una problemática que, aparentemente, volverá a repetirse cada vez que las repentinas e intensas lluvias digan presente en una nueva oportunidad.
El lento escurrimiento y la acumulación de agua en la futura rotonda de las avenidas Libertad y Moreno generó que vecinos y comerciantes del lugar hayan expresado su malestar por la situación registrada, la cual, según manifestaron, estaba lejos de producirse cuando la famosa rotonda era, al menos, sólo un proyecto a ejecutar.
El pasado lunes, tras una intensa lluvia, el agua acumulada ganó terreno en la intersección donde funciona Panadería Tres Arroyos, a tal punto que estuvo a pocos centímetros de alcanzar a la puerta de ingreso a dicho comercio.
Enfrente a ese negocio, y en los primeros metros de la avenida Libertad, el escenario fue similar. Y Graciela Cobanea, en diálogo con este diario, ratificó con señalado. “Se llenó de agua la vereda y eso que no llovió tanto. Esto no había pasado nunca”, expresó la vecina con residente en avenida Libertad 20.
Para el parecer de la mujer, “la rotonda no era necesaria. No soy entendida en este tipo de temas, pero creo que esta rotonda no se justificaba. No se producían accidentes, sino se tendría que hacer una rotonda en cada esquina”.
La disconformidad de la vecina pasó por la cantidad de agua que se acumuló tras las lluvias. “Se vuelve muy complicado para cruzar, estacionar y bajar de un auto”, señaló Cobanea, quien sostuvo que hace 28 años que vive en esa zona de la ciudad y, hasta antes de la actual obra en ejecución, nunca había tenido complicaciones con el agua. Claramente, el problema es la rotonda”, agregó.
A eso, la mujer le añadió que el desagote no fue rápido ni mucho menos. “Hubo que ponerse las botas para poder salir”, graficó la vecina.
Quien observó de cerca el avance del agua acumulada sobre la vereda de su comercio es Francisco Urbieta, propietario de Panadería Tres Arroyos. “La caída de un chaparrón fuerte provocó que el agua subiera a la vereda y llegara casi hasta la puerta de la panadería. Eso no ocurría antes de que se haga la rotonda”, aseguró.
En sus apreciaciones, el empresario indicó que el problema surge tras la caída de intensas y repentinas precipitaciones, lo cual provoca que el agua se acumule en esa esquina y el escurrimiento no sea el esperado.
Desde hace 17 años que Urbieta se gana la vida con la panadería que funciona en la esquina de Libertad y Moreno. “Cuando se dieron lluvias intensas, se acumulaba agua pero nunca subía hasta arriba de la vereda. Cuando las precipitaciones son normales, no hay problemas”, sostuvo.
El empresario puso de manifiesto que sufrió una considerable disminución en su actividad comercial desde que comenzó a construirse la rotonda.
“La gente, como todos nosotros, quiere llegar en vehículo hasta la puerta de un negocio. Y cuando las calles están cerradas, como es en este caso, las ventas bajan”, señaló Urbieta, quien subrayó que en este período de ejecución de la obra, la actividad en su empresa cayó un 50 por ciento, sobre todo, cuando el tránsito estuvo interrumpido en ambas avenidas.