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Sintiendo la cocina

El juego y los sentidos serán protagonistas de un taller con características singulares. 

 Se trata de un espacio que desde hoy y todos los lunes, de 17.30 a 20, se desarrollará en el Club Español. Un lugar destinado a niños y jóvenes de cinco a diecinueve años que tengan ganas de explorar, sentir, descubrir, aprender y compartir. 
 El Taller Inclusivo es una buena oportunidad para conocerse, desarrollar potencialidades y vincularse con todos a través de las recetas y los juegos que permitirán encontrar nuevos olores, sabores y colores. 
 Laura Di Stéfano es psicopedagoga y Paula Di Stéfano es maestra pastelera, entre mate y charla surgió la idea de unificar en un taller la psicopedagogía con la cocina o los conocimientos culinarios. “Héctor Somovilla siempre quiso trabajar sobre la inclusión -destaca Paula-; él participa del Consejo de Discapacidad y esto motivó la puesta en práctica del proyecto”. 
La psicopedagoga Laura Di Stéfano le cuenta a LA VOZ DEL PUEBLO que “se me ocurrió trabajar con los sentidos, justamente por ser un taller inclusivo, tal vez haya niños que tengan afectado alguno de ellos y la realidad es que todos los chicos desde que nacen están en contacto con los sentidos e interpretan al mundo a través de ellos”. 
 Por este motivo en este Taller Inclusivo se trabajará, a través de la comida, las texturas de distintos alimentos, los aromas, lo visual, los colores, “todo lleva a poder trabajar desde la materia prima a un producto a partir del juego en el que se estimularán o trabajarán en base a los sentidos”, describen las talleristas. 
 Paula, la maestra pastelera, cuenta que “vamos a pautar determinadas recetas y desde el principio vamos a ir mostrando las diferencias en las medidas, cantidades, mostrar bien los materiales y en cada una de las recetas, los aromas, los sabores cada uno de los sentidos”. 
Experiencias 
 Paula Di Stéfano cuenta una enseñanza que lleva en su corazón: recuerda que tanto con Claromin como en la Escuela Especial N° 502 pudo aprender y transmitir, algunas veces sola, otras con Luciana Meléndez y el taller de señas. Recuerda que para un evento del Día del Niño estuvo cocinando durante una semana en la escuela y allí aprendió mucho de Thiago porque “me quedó una imagen increíble de él, empezó a tocarme las manos, la cara y me pidió que le agarrara la mano y le pusiera la harina que tocaba y luego la olía, lo mismo con la manteca y juntos fuimos haciendo una parte del bizcochuelo, aprendió a usar la batidora, estaba muy contento y podía contar la receta de masitas y de la torta a todos sus compañeros, además de haber sentido él mismo cada uno de los ingredientes que se usaron para cocinar, una experiencia que no habían tenido”. 
 En el Club Español de Tres Arroyos se encuentra abierta la inscripción para el Taller Inclusivo. Dicho curso forma parte del convenio entre el Club, el Viceconsulado de España local y la Municipalidad, a través del área de asistencias técnicas dependiente de la Dirección de Cultura y Educación municipal. Para requerir informes e inscripción se podrá concurrir a la sede del Club Español, Hipólito Yrigoyen 468, de lunes a viernes de 18 a 20.30 o a los teléfonos celulares 2983-15649943 ó 2983-15568072. 
 Hasta el momento hay 13 niños anotados, los materiales se irán solicitando a medida que pasen las diferentes clases, “en principio pueden llevar sus delantales y luego seguramente diseñarán el suyo”, detalla Paula. El cupo es limitado “para poder atender a cada uno individualmente y trabajar con los cuidados en la cocina, la higiene, las temperaturas, tenemos actividades propias para esos temas”, finalizan muy entusiasmadas Paula y Laura. 

Objetivos y práctica
 Laura Di Stéfano señala que “las personas con discapacidad, de acuerdo a las nuevas concepciones, pueden serlo según el contexto, siendo el ambiente el que lo provoca, como cuando no hay semáforos para ciegos o ambientes en los que cómodamente ingrese una silla de ruedas, por ejemplo, es el entorno lo que genera discapacidad. Desde la psicopedagogía se trabaja sobre los problemas de aprendizaje que es el aporte que se puede hacer en cuanto a la inclusión”. 
 Los objetivos del taller son: adquirir rapidez en cuanto a estímulo-respuesta. Desarrollar la capacidad para estructurar la información recibida a través de los sentido. Perfeccionar la discriminación de los estímulos sensoriales mediante el tacto, la vista, el oído, el olfato y el gusto. Respetar los ritmos de aprendizaje atendiendo las individualidades, ya que no todos los chicos son iguales. Fortalecer los vínculos entre los chicos que trabajarán para incluirse, ayudarse, que todos puedan hacer lo mismo desde el lugar que se pueda. 
Recetas y juegos 
 Laura y Paula cuentan que “se planteará, para cada uno de los sentidos, un juego inicial, por ejemplo en el olfativo el reconocimiento de diferentes especies con los ojos tapados, reconocimiento de olores, lo mismo en sabores, diferenciación entre salado y dulce, poder sentir esos sabores en cada uno de los productos, trabajar con colorantes comestibles y hacer distintas tonalidades con agua”. 
 Laura indica que “si bien se ponen todos los sentidos en juego la idea es integrarlos para que en cada una de las etapas de transformación, desde la materia prima hasta el producto, los chicos puedan experimentar, probar, adquirir un conocimiento significativo”. 
 Paula manifiesta cómo será la dinámica del taller: “Los chicos trabajarán desde los cinco años hasta adolescentes, todos juntos, siendo los más grandes de algún modo tutores y también se les pedirá que realicen algo de acuerdo a sus habilidades, el que escribe la receta, el que las dibuja, el que le gusta sacar fotos, todo con el fin de diseñar un libro, publicarlo para venderlo y tener fondos para donar. Y además, que a fin de año cada uno de los participantes del taller se pueda también llevar un libro terminado”.

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