Algunas personas llevan su profesión tan a flor de piel que basta verlas para saber qué hacen. Susana Rodríguez ingresó a la redacción de LA VOZ DEL PUEBLO y desde ese momento no había ninguna duda que era docente, de esas de antes.
La simpatía la desbordaba, también la emoción y ante esa circunstancia Susana le dijo a este diario que había traído un borrador escrito.
La despedida
Sospechaba que sus compañeros de tareas le harían alguna despedida, “me duele tanto la cabeza, estoy nerviosa y casi no dormí anoche. Me llamó mucha gente y seguro me van a estar esperando con alguna sorpresa”. Y así fue, Susana el 30 de junio izó la bandera de la Escuela y fue aplaudida por sus pares y la comunidad de la institución, recibió flores, palabras de cariño, respeto y admiración.
No es para menos, pasar más de 50 años ejerciendo la docencia en todos los niveles, quedarse en su localidad y haber hecho patria la convierten en una mujer formidable con una historia digna de ser contada.
Cerrar el ciclo
Susana apenas se prendió el grabador empezó a contar que “en la vida hay un tiempo para cada cosa, hay ciclos que se cierran y este concluyó el 30 de junio de 2017, después de 51 años 4 meses y 24 días”.
El comienzo
Sin respiro, sólo tomando algunos minutos para pasar al párrafo siguiente expresó que comenzó a ejercer la profesión “recién recibida en la Escuela Nacional Nº 67 un 6 de marzo de 1966 como maestra de grado. En 1972 realicé trabajos de campo para la creación del Jardín de Infantes Nº 907 de Cascallares, fui la primera maestra y ocupé en dos oportunidades el cargo de directora, trabajando en el mismo Jardín durante 35 años hasta que en 2008 me acogí a los beneficios jubilatorios en ese nivel, pero siempre sigo en contacto con el Jardín porque ocupo el cargo de secretaria de la Asociación Cooperadora hace 45 años”.
Trabajó en la Escuela N° 6 como maestra de grado y fue preceptora, realizó suplencias en la rama Adultos y en la escuela de verano. En el 2006 participó en el proyecto para la creación de la Escuela Secundaria Agraria Nº 2 siendo la primera directora a cargo y la primera preceptora.
Luego de todo este preámbulo vendría la declamación que la pone tan orgullosa y no es para menos, “fui la única docente que trabajó en los cuatro establecimientos de la localidad”.
Sentimientos
“El camino de la docencia me ha dado grandes satisfacciones, si volviera a ser joven elegiría la misma carrera, los mismos trabajos que me dejaron huellas imborrables donde pasaron tantos alumnos, le di clase a tres generaciones”, contó Susana. Y agregó: “después de tantos años se acercan a saludarme y brindarme su cariño. En resumen puedo decir que fueron años muy lindos y que llegó el momento de despedirme. Siento alegría, felicidad y nostalgia, me vienen a la mente numerosos recuerdos vividos, tantos que serían imposibles de nombrar, anécdotas festivales, viajes, hechos cotidianos y un grupo maravillosos de compañeros y amigos”.
Lo que viene
Susana gira su papelito y busca más información de su vida en él, pero encuentra lo que escribió respecto a sus deseos y a lo que vendrá. “Ahora podré dedicarme a otra cosa, tendré tiempo libre con mis nietos, Valentina y Félix, disfrutar del tiempo libre, realizar viajes postergados. Le agradezco a Dios haber sido parte de esta historia y a todos los que me acompañaron, la comunidad educativa, mis compañeros, la familia, y especialmente a mis hijos, a mi marido, compañero de la vida que sin su apoyo no hubiera realizado una tarea tan amplia. Gracias por el cariño estarán en mi corazón”, dijo después de levantar la cabeza conmovida. Y apuntó: “vos acomodalo como quede mejor, esto es lo que siento”.
Sin papel
Un rato después de haber comenzado la charla, Susana estaba relajada, sonriente y hacía chistes respecto a las fotos que le tomarían. Entonces sobrevino un momento diferente de la entrevista, el que la docente temía. Sin embargo pudo con enorme holgura responder a todo sin que se le hiciera ninguna laguna. Su ánimo inundaba la biblioteca de este diario y confesó: “No estoy cansada, lo llevo en el alma, podría seguir.
De todos modos, y haciéndose cargo de la nueva etapa que comienza, dijo que “el lunes (por el 3 de julio), cuando no tenga que madrugar no creo que extrañe porque estoy muy ocupada, voy a gimnasia, a yoga, a manualidades, hago un curso de estimulación cognitiva en CRESTA, hago en el Centro de Jubilados un curso de marroquinería, estoy en la cooperadora del jardín, no me gusta la soledad. Siempre estoy haciendo algo y colaborando”, destacó. Escuchándola no había ninguna duda que así continuaría con una vida llena de estímulos.
Disfrutar la familia
Susana tiene dos hijos, Leonardo es licenciado en Ciencias de la Comunicación y es el papá de Valentina de 12 años. Y también de Luciana que es licenciada en Realización y Producción Audiovisual, trabaja en Fox, lo hizo en “Gran Hermano”, con Cris Morena. Ella tiene a Félix, que va a cumplir dos años. Sus dos hijos viven en Buenos Aires “por eso lo que más quiero es ir a verlos, viajo seguido a ver a mis nietos. Tenía ganas de que llegue este momento”, expresó Susana a quien le llegó el momento de recibir el afecto de muchas personas que contemplaron su despedida, pero también la oportunidad de recuperar un tiempo muy valioso junto a sus seres queridos que no viven en la ciudad.
De Aldo, su esposo habló con mucho amor. “Antes vivíamos en el campo y mi marido me traía todos los días a la escuela, y cuando vinimos a vivir a Cascallares siguió llevándome, así que va a extrañar. Estamos de novio desde los 14 años, llevamos casados 45 ó 46 años, ya somos como hermanos”, expresó con cariño.
Una para todos
Susana es la maestra, alta, espigada, delgada, bien puesta. Una señora elegante y gentil, con una mirada de la vida muy alentadora y motivadora.