Andar por la ciudad
Gracias a Dios un día más como siempre, son las 7am y comienzo mi rutina. Me levanto, voy al baño, me cambio. Desayuno, vuelvo al baño, agarro mis cosas y espero. Espero a que llegue el colectivo. Toca bocina y salgo. Subo, saludo y me siento en el tercer asiento del fondo, al lado de la ventanilla. Observo.
Un lugar muy peculiar que siempre me llama la atención es la plaza, ya para esa hora que estoy pasando por allí son la 7.45am, y no se ve mucha gente. Llego a la escuela, hago lo de siempre y vuelvo a casa, dejo las cosas, meriendo y me preparo para hacer alguna actividad a la tarde, hoy voy al gimnasio.
Me cambio y salgo de casa alrededor de las 5.45pm, paso por la plaza nuevamente y está repleta de gente, de distintas edades, señoras y señores mayores sentados en los banquitos tomando mate y conversando, niños pequeños en los juegos hamacándose, corriendo y saltando; adolescentes sentados en grupos, otros jugando a la pelota y alguno que otro que pasa caminando.
Sigo mi camino, hago mi actividad y vuelvo, ya son alrededor de las 8pm y hay un poco menos de gente; no como a la mañana y tampoco como a la tarde, quedan algunos adolescentes y una que otra persona adulta haciendo actividad física.
En esta época que empieza a estar lindo es como cuando las hormigas salen del hormiguero.
Lo que tanto me llama la atención, como dije al comienzo, es el hecho de que un lugar en la ciudad genere tantos momentos de distinto carácter para cada persona, generalmente todas las personas de la ciudad saben y/o conocen lo que es la plaza y cada uno tiene un sentimiento particular hacia ella.
Fotografía de un día en Plaza Italia
Una niña que va y viene por el viento, en una hamaca color bordó, se tambalea por el aire fresco en una mañana de invierno, en la Plaza Italia de Tres Arroyos. Su cabello amarillo se torna dorado con los rayos del sol iluminándola. Otra niña de ojos color café, la hamaca suavemente con expresión de ansiedad, su rostro revela las ganas de que sea su turno en aquel juego.
A su derecha se encuentran tres niños tirándose de un hermoso y largo tobogán azul marino, entre carcajadas se colocan tomados de la cintura sobre el mismo y se deslizan hacia abajo.
Sobre la izquierda de los columpios se haya solitario un subibaja anaranjado, cubierto por la sombra de un frondoso árbol.
Así son las plazas en Tres Arroyos, familiares, para disfrutar con amigos… sitios donde los niños corren libremente y juegan mientras sus madres charlan y toman mates en los bancos, donde van niños y niñas a andar en bicicleta, en rollers, en patineta, o a “jugar a la pelota”. También es un lugar muy recorrido por enamorados, que se acuestan sobre el pasto a charlar, o por aquellos que hacen deportes, jóvenes y adultos que recorren la plaza corriendo o caminando, o por quienes tocan algún instrumento, que por lo general es la guitarra, el más común.
Un sitio muy agradable en Tres Arroyos es esta plaza, La Italia, característica por la estatua de Rómulo y Remo, dos bebés criados por una loba en Roma, Italia, cuya historia es muy conocida en todo el mundo.
Esta plaza es muy prolija y es una de las más transitadas de Tres Arroyos, ya que se encuentra cerca del centro, y está rodeada de negocios, gimnasios y de una gran cantidad de casas.
Todo aquél que quiera relajarse por un momento, considere como una opción ir a la Plaza Italia, disfrutar de la naturaleza y observar la vida que cobra este sitio con la llegada de niños es una forma muy linda de distraerse de los problemas económicos o de cualquier tipo, que las personas suelen tener.
Fragmentos de publicaciones sociales
Yuyos en las veredas- Ha empezado el buen tiempo y ya han comenzado a brotar en las veredas los abundantes yuyales que acostumbran a convertirse en deliciosos varietales, por la frondosidad que presentan a la vista del transeúnte.
Sería muy conveniente que los propietarios de las casas en cuyos frentes nacen estos yuyos tomaran la determinación de arrancarlos por las molestias que ofrecen y por el aspecto poco culto que dan a las calles.
Esperamos que nuestra advertencia no ha de ser desoída.
(El Gran Boletín)
Edificación- No oímos más que lamentarse de la escasez de dinero, de la crisis por la que cruza el país, de lo difícil que se va haciendo la vida por la carestía de todos los artículos, y sin embargo por cualquier lado que tienda uno la vista en nuestro pueblo no ve más que montones de ladrillos prontos a convertirse en edificios que cada día dan mayor importancia a la población urbana.
Es un error lo que algunos imaginaban de que el progreso de Tres Arroyos había quedado estacionado; el pueblo progreso todos los días a pesar de los malos tiempos que corren y la mejor prueba de ello está en lo que hemos apuntado arriba, su constante y numerosa edificación.
Lo único que ahora hace falta es que el año nos favorezca un poco, pues buenas intenciones no faltan para ir siempre adelante.
(El Libre del Sur, 1902)