Una fuerte tormenta de viento y lluvia se registró este lunes en Claromecó en el marco de un día que climáticamente fue el más cambiante del año. En el comienzo de la semana, los turistas sintieron el pesado calor de la mañana, observaron el fenómeno desatado sobre el mediodía y finalizaron la jornada disfrutando de agradables condiciones para, por ejemplo, caminar a la orilla del embravecido mar.
Hasta el mediodía exacto, la jornada presentó un escenario más que propicio para disfrutar de la playa. De hecho, el termómetro alcanzó casi los 30 grados y apenas se sentía una brisa del noroeste. El escenario era ideal.
No obstante, en la lejanía del horizonte, un amenazante cielo tormentoso comenzó a ganar terreno en Claromecó pero los turistas siguieron firmes al lado del mar y aprovechando las buenas condiciones de la mañana.
Minutos antes del mediodía, y al observar el detector de tormentas disponible, los integrantes del Cuerpo de Guardavidas alertaron y evacuaron rápidamente la playa. El egreso de los turistas se llevó a cabo con normalidad, pero se aceleró cuando el viento varió en su dirección. Comenzó a soplar desde el sudoeste y con una velocidad que aumentó rápidamente, alcanzando ráfagas de 70 kilómetros por hora.
Los fuertes vientos comenzaron a soplar a las 12.06 y se sintieron durante unos 30 minutos, aproximadamente. Para ese entonces, la playa estaba desierta. Lo único que se percibió fue una espesa cortina de arena que viajó por toda la Costanera.
Ante eso, quienes había elegido el mediodía para disfrutar de la playa se quedaron con las ganas de darle continuidad a esa idea. Juntaron rápidamente sus pertenencias y fueron rumbo al primer lugar que encontraron apto para resguardarse. Los paradores constituyeron los destinos tomados por quienes estaban en la playa cuando se desató la tormenta, la cual, en la era de los celulares multifunción, fue captada por los turistas -sobre todo los foráneos- y publicada en las redes sociales.
Luego de unos 30 minutos, el viento cedió en su intensidad y dio paso a fuertes precipitaciones. La lluvia -cayeron 23 milímetros- llegó en un marco de imperiosa necesidad, sobre todo al considerar la prolongada sequía reinante en la localidad, un contexto que generaba preocupación en la localidad ante la inminente posibilidad de incendios.
La tormenta de verano puso de relieve un “viejo” inconveniente que afecta a Claromecó, tal como es el anegamiento de determinadas calles. Las intersecciones de 17 y 30; 27 y 30, sumado a la 36 entre 21 y 23 fueron algunas de las arterias que mostraron agua acumulada.
Con ese panorama, vecinos de las mencionadas zonas expusieron su malestar con los conductores de vehículos que circularon por esas calles a una velocidad considerable, provocando que el agua ingrese al interior de las viviendas. No obstante, los trabajos de desagües realizados en forma reciente por el Ente Descentralizado funcionaron tal cual lo esperado y planificado.
Afortunadamente, no hubo que lamentar consecuencias de magnitud. Sólo en el Parador La Barra se produjeron algunos daños que no fueron de gran consideración. No se registraron caídas de árboles o ramas y, según indicaron, los Bomberos Voluntarios de Claromecó no fueron convocados para que intervinieran en alguna eventualidad.
Pasadas las 16.30, el cielo comenzó a despejarse y cuando el reloj marcó las 18 las nubes desaparecieron por completo. Ahí fue cuando el sol entregó sus buenos momentos y la temperatura llegó a los 23 grados, lo cual originó que la playa haya sido el punto de encuentro para compartir unos mates en familia y con amigos, o bien para emprender una tranquila caminata junto al embravecido mar.
En definitiva, y dentro del panorama dado, Claromecó tuvo un aceptable cierre de jornada, en la cual el clima presentó un día de locos.