En diciembre de 1968 la familia Sáenz Rosas donó las 200 hectáreas con frente al mar donde hoy se emplaza la villa balnearia. Poco tiempo después, funcionarios municipales y pobladores conformaron una comisión e iniciaron las tratativas con los propietarios de los campos para poder atravesar los mismos, llegar al mar y realizar allí las correspondientes mediciones.
El 5 de febrero de 1969 se realizó una excursión al sitio donde proyectaban levantar el balneario para su correcta medición y señalamiento, y a la vez interesar sobre el terreno a los técnicos de Vialidad de la Provincia para el trazado del camino de acceso.
Ese día se colocó la estaca fundacional.
Los fundadores
Participó del histórico momento el intendente Horacio E. Sieber, acompañado por 37 vecinos: Ricardo Sáenz Rosas, Heredico O. Avalos, Oscar Bertoni, Juan Carlos Toledano, Elio Pietrocola, Antonio Rollán, Vicente Pietrocola, Emilio Stéfano, Otto A. Stéfano, César Jacinto, Edgardo R. Hauri, Tulio S. Cosentino, Pablo Porfilio, Egidio de la Vega, Ernesto Villarruel, Raúl M. Meléndez, Ernesto Aguado, Juan Lahitte, Julio Aguado, Simón Graf, Luis L. Rodríguez, Juan Parrachini, Martín Sáenz Rosas, Mario A. Cura, Facio Visciarelli, Arnold Martínez, Jorge A. Mathiasen, Raúl A. Mathiasen, Carlos Mathiasen, Javier Agel, Horacio A. Stéfano, Raúl A. Meléndez, Abel Agel, Jorge Truelsegaard, Enrique Pecker, Teodoro Carchajal y Oscar José Castioni.
Estuvieron presentes también técnicos de vialidad: el ingeniero Víctor Fernández y Julio Municoy, el representante de turismo de la provincia Américo Brajovich y el representante del Vivero de Claromecó, Horacio Marteu.
En el año 1970 fue inaugurada la primera temporada de verano.
Hoy las playas representan un gran atractivo para los turistas que las visitan, sobre todo por su tranquilidad, sus paisajes y la pesca de orilla y embarcado. Modernas construcciones en un sitio con inmejorable plantación de árboles y plantas en calles y espacios libres hacen del Balneario San Cayetano un lugar soñado.
