Era esperable luego del año complicado para la producción lechera. La producción primaria de leche alcanzó el año pasado los 9.711 millones de litros, lo que significó una caída de 14,17 por ciento en comparación con el año anterior, y representó la mayor baja desde 1970, como consecuencia de la merma de consumo en el mercado interno y la retracción en la demanda externa, destacó un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav).
Otro análisis, del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), dio cuenta de que en 2016 se cerraron 460 tambos, duplicando la tasa promedio de cierre de los últimos años, mientras que la producción de materia prima retrocedió entre el 10% y 11% respecto de 2015.
Uno de los factores que acrecentaron el cierre de los emprendimientos agroindustriales fue la fuerte caída en la facturación por precio y volumen de fines de 2015 y principio de 2016, la cual se posicionó en unos $ 600.000 pesos para el tambo medio en 180 días que, según el OCLA, “ha generado una compleja situación financiera para muchos productores que incrementaron notablemente su endeudamiento y a tasas más altas”.
En cuanto a la balanza comercial del sector, el análisis de la Undav remarcó que las exportaciones lácteas totales pasaron de 428 a 378 millones de litros, con la consecuente baja de 13,23%; en tanto que en divisas cayó 50,72%, de u$s 1.352 millones en 2015 a u$s 897 millones en 2016.
La producción lechera del 2016, de 9.700 millones de litros resultó la menor de los últimos nueve años, sólo superada por la performance del 2007, año en el cual se produjeron 9.500 millones.
Luego del 2007 se presentó una tendencia creciente en la elaboración de leche; y así, en el periodo 2008-2015 se promedió un nivel de producción de 10.700 millones de litros.
En materia de precios internos, cada tambero recibe entre $ 3 ó $ 4 por cada litro de leche cruda, que es la materia prima básica, mientras que el valor del kilo de queso cremoso más económico no desciende de los $ 40 en las góndolas.
En consecuencia, como mínimo, un comerciante cualquiera percibe un 900%, es decir 10 veces más del valor pagado al productor por la materia prima.