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La despedida de Tito Fredes

Tito Fredes se mudó luego de vivir durante 60 años en nuestra ciudad, para radicarse en San Nicolás. Allí reside uno de sus hijos. En una carta enviada a nuestra redacción, dirigida a sus amistades de Tres Arroyos y la zona, describe los motivos y agradece a Tres Arroyos que le dio tanto. Un lugar al que permanecerá vinculado para siempre, como se puede percibir en sus palabras.

El escrito indica lo siguiente:

“Deseo en estas líneas salvar mi buen nombre y honor como quien dice, y si lo logro me sentiré muy feliz.

“Hace aproximadamente cuatro meses, mi hijo menor que vive en San Nicolás de los Arroyos me propone en una visita que me hace, la posibilidad de irme a acompañarlo a él allá, ya que con el hermano radicado en Esquel estaban muy preocupados que estuviera solo y en caso de que me ocurriera algo, a mis 85 años no es fácil. Ante cualquier accidente o problema que tenga los dos estaban lejos, uno a 600 y el otro a 1600 kilómetros.

“Me dio tristeza dejar después de 60 años la ciudad que me cobijó, ya no me quedaba prácticamente familia, pero sí amistades, aún así hay que seguir adelante y decido irme a San Nicolás ya que aparte de poder estar con uno de mis hijos, ver mis nietos, estoy más cerca para poder venir algún día si Dios me lo permite a visitarlos. Pusimos en alquiler las propiedades aquí y hoy me encuentro viviendo en una casa hermosa donde creo lo haré hasta el último de mis días, casa que estará con las puertas abiertas para tresarroyenses que me visiten”.

“El Tito se fue, pero no se olvidó ni se olvidará de ustedes. Por el contrario, por ahí se me escapa una lágrima, recordando sus compañeros ferroviarios, sus clientes mientras fui viajante y ni hablar de mis amigos incondicionales y vecinos de toda la vida. No sé si me van a recordar o extrañar, pero sí sé que le pido a mi Jesús Misericordioso que cuide a esa gente que tuve que abandonar por culpa de mis 85 años, que ya me están haciendo viejo….

“Pero la vida me ha regalado estos hermosos hijos que me protegen y por eso hoy estoy aquí, pasarán los años que creo serán pocos, pero les prometo que hasta mis últimos días los recordaré con todo mi corazón, y no quiero dar nombres por no quedar mal, pero si les puedo asegurar que dejé amigos íntimos (palabra sagrada ¿no?), he dejado amigos de la vida, conocidos. A todos mis respeto y bendiciones.

“Gracias, muchas gracias por todo lo que me dieron durante 60 años que viví en Tres Arroyos. Me siento bendecido por poder despedirme cosa que no todos podemos. Gracias a La Voz del Pueblo que me permitió despedirme por este medio. Gracias Tres Arroyos. Los quiero”.

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