La memoria de aquel inicio que hace historia
La realización del Via Crucis surgió de una conversación en Samoa con Luis Brito, su esposa, Oscar Bonifacio y Marta Vega.
Por entonces, Marta Vega era la encargada de la Oficina de Turismo de Claromecó y propuso una idea: organizar en la Estación Forestal, lugar muy apropiado, el recorrido de las estaciones del Via Crucis.
Entusiasmados lo consultaron con quien era director de Turismo, Nicolás Sabatini. Aceptó el desafío y lo apoyó.
Se le informó del proyecto al delegado Victor Dubovick. Se consultó al cura párroco padre Ruppell quien, tras largas charlas con Marta Vega, dio su consentimiento sin comprometerse a dirigirlo.
El padre Urbano Stefanic, residente en la localidad, guió las estaciones acompañado por sacerdotes del Colegio Jesús Adolescente, el padre José Luis López Soria y el padre Antonio González.
Colaboraron con mucha dedicación Daniel Chedrese y señora, Crosetur, con Héctor Lanza, el director de la radio Tito Martinez, Luis Brito, Pepa Chedrese, el diario La Voz del Pueblo y LU24, que divulgaron e invitaron a residentes y turistas. Nicolás Bonavita con sus numerosas y desinteresadas filmaciones y las notas de Charanguito en esa etapa corresponsal del diario.
Ayudó a delinear el circuito el ingeniero Carabio. Se colocaron estampas dibujadas sobre lonas donadas por Brito, enmarcadas en el aserradero del Vivero y pintadas por los entonces muy jóvenes Yamila Chedrese, Soledad Massey y Marco Polo.
La cruz se realizó con madera del Vivero, la corona de hierro diseñada y realizada por José Luis Bochiche, la soga que unía los brazos de la Cruz fue hallada en la playa por Graciela Chedrese. Debajo de cada estación se colocaron flores y piedras.
Llegaron micros desde Tres Arroyos. Al primer Via Crucis que por un permiso especial se realiza el sábado de Semana Santa, acompañaron unas 200 personas, número que se fue incrementando notablemente a través de los años.
El inicio fue desde la gruta de Lourdes, cuyo mantenimiento estaba a cargo de Pepa Chedrese.
Al final del recorrido estuvo presente el Coro del Club Español, dando con sus voces un marco sumamente emotivo en el momento de la Ascensión.
Al no poderse concretar obras propuestas a pintores o escultores, Oscar Bonifacio sugirió convocar al grupo teatral de Claromecó dirigido por Cristina Caballero y a Luis Chedrese como actor en la figura de Cristo. Luis integraba el grupo de teatro vocacional de Cristina.
Con la buena disposición de Cristina Caballero, su dedicación, su vocación, el compromiso de su grupo llega a sus 20 años el Via Crucis que reúne miles de personas constituyendo un éxito turistico y sobre todo litúrgico.
Se han logrado aportes para esta realización pero es Cristina quien con esfuerzo lo logra.