Señora directora:
Hace bastante que venimos practicando lo que parece un deporte nacional, contarnos las costillas.
Que si el acto del 1A juntó tantos sin colectivos ni choripanes, que si el paro del 6A fue contundente, o no, según qué ábaco utilizáramos, todo parece centrarse en ver cuánta gente se junta a uno u otro lado de la meneada grieta. Y la cosa sigue por el mismo camino cuando evaluamos adhesiones al paro docente, que si es total, que si es casi inapreciable…
Lo que estos contadores de costillas, de uno u otro lado, no ofrecen, es alternativas claras, reales, concretas. O sea, a veces me parece que aún si pudiéramos ponerlos cabeza abajo y sacudirlos, no se les caería una idea.
Está claro que, y sólo a modo de ejemplo de otras tantas situaciones, si la gobernadora se mantiene en su postura intransigente y los gremios hacen lo propio con la suya, el conflicto docente se perpetuará, y ninguna solución será posible. Y, en el mientras tanto, muchos chicos (sobre todo en las grandes ciudades) siguen sin tener clase, el que puede huye a una privada (con lo que habrá cargos docentes en peligro) y nada nuevo habrá bajo el sol.
Así que deberíamos dejar de mirar a ver quién tiene más gente reclamando y empezar a tratar que, de uno y otro lado, no sea necesario salir a reclamar. Por una vez, estaría bueno que los que tienen la obligación de hacerlo, empiecen a buscar las soluciones antes de que el problemas sea tan acuciante que resulte insoportable superarlo sin dolor.
Digo yo, a lo mejor, quién te dice…
