En el marco del Día Mundial de la Salud, la Secretaría de Salud se sumó a la campaña organizada por la Organización Mundial (OMS) sobre el trastorno de depresión, la cual puede afectar a personas de cualquier edad, en cualquier etapa de la vida. Respondiendo a la consigna “Hablemos de depresión”, se concretaron actividades durante tres encuentros en el Hogar de Ancianos “Marta Urrutia”, articulando acciones con profesionales y diferentes grupos de la comunidad.
“Todas estas iniciativas buscaron lograr que la población esté más y mejor informada sobre la depresión, que quienes la padecen puedan pedir ayuda y que la familia, amigos y colegas de quienes estén deprimidos sepan cómo ayudar”, se informó.
Las actividades
La psicóloga Clara Gargaglione abordó la temática a través de sesiones grupales. Para ello se utilizaron disparadores que posibilitaron que los residentes pudieran expresar qué significación le daban ellos a la palabra depresión.
Surgieron relatos personales, interrogantes, reflexiones, y lo que más los inquietó fue cómo detectar que un ser querido está atravesando la patología, por lo que se analizó la importancia de observar lo verbal como lo no verbal en el diagnóstico, y relataron experiencias de cómo a partir de la mirada o de lo gestual, ellos notan cómo se siente cada compañero en el Hogar geriátrico.
Luego se abordó teóricamente la depresión: concepto, síntomas, diagnóstico y tratamiento, prestando atención al tipo de pensamientos, comportamientos y sentimientos característicos. Sobre el final se habló sobre la “caja de herramientas” que cada uno tiene para afrontar situaciones difíciles, dándoles participación a los presentes, quienes destacaron como herramientas la escucha, sentirse contenidos y la importancia de un abrazo.
Con el objetivo de crear espacios de diálogo, y utilizando como medio la actividad, con la compañía de la especialista en gastronomía y alta cocina María Dominica Iocco, los residentes elaboraron roscas de Pascuas.
En vísperas de estas celebraciones se seleccionó esta receta por el significado que tiene: continuidad, unión y renacimiento.
“Esta actividad se eligió debido a que se trata de un acto relajante, que motiva a quien lo lleva a cabo a conseguir una meta cuyo fin último es satisfactorio y positivo. La cocina requiere concentración para lo que se está haciendo y anima a los participantes a aprender cosas nuevas, o a recordar aquellas que hace un tiempo no se llevan a cabo, propone un desafío para quien la ejecuta”, consignó la profesional, y que “está comprobado además que personas de todas las edades afectadas por depresión encuentran en la cocina una terapia para superar esta enfermedad”.
Participación
Asimismo Jóvenes y coordinadores del programa Envión aceptaron la invitación de la directora del Hogar, María José Aguirre, y se sumaron con una actividad artística. En este caso la consigna era ornamentar con producciones propias un árbol de la vida creado con hierros.
Para ello los residentes confeccionaron los frutos utilizando materiales poco convencionales, estimulando así su creatividad. Las creaciones debían hacer referencia a elementos o acciones que a ellos lo hacen feliz, o le traen buenos recuerdos. Luego esas representaciones fueron colgadas en el árbol, el cual próximamente será emplazado en el patio del Hogar.
El deporte también tuvo su espacio destacado en las jornadas enmarcadas en el Día Mundial de la Salud. Reafirmando la importancia de mantenerse activos, el director de Deportes, Pablo Tesone, junto a las profesoras Pamela Di Caro y Ana Paula Buus, prepararon una serie de actividades para los abuelos.
Tras una entretenida presentación personal de cada uno de los presentes, utilizando una madeja de lana, comenzaron las acciones. Utilizando globos inflados y paletas mata moscas, residentes y miembros de Papelnonos, que esperaban el momento de su actuación, rápidamente pusieron sus cuerpos en movimiento. Sentados o recorriendo los espacios siguieron la consigna de no dejar caer el globo al piso. Esa acción se repitió con una especie de sábana que era sacudida de manera continua.
Entre risas, palabras de aliento y la música sonando sin detenerse se desarrolló la siguiente propuesta: el clásico juego del sapo fue desafiando la puntería de los abuelos.
Culminando las actividades, el grupo Papelnonos coordinado por Esther Aguirre, hizo su presentación. Canciones, baile, alegría, buen humor, solidaridad estuvieron presentes, cualidades características de un grupo ejemplo en nuestra ciudad.
“El poder realizar distintas actividades hacen y demuestran que los adultos mayores se merecen espacios donde puedan mostrarse, interactuar, compartir y participar”, culmina el informe.