Amores perros
“Cuando la mirada de un perro agradecido te atraviesa, te toca el alma en serio, sonaste, quedás atrapado y es muy difícil manejarlo. A partir de ahí ya estás adentro de PACMA”.
Ani González logra resumir en dos frases lo que impulsa a los 11 integrantes de la comisión directiva y a un nutrido grupo de seguidores que aportan algo para que PACMA (Protección Animal Concientización Medio Ambiente) funcione y siga consolidándose pese a ser una ONG que recién dejó los pañales.
Y más allá de hablar con sus integrantes, de ver las publicaciones en Facebook, de enterarse las actividades que organiza, para entender qué es y qué hace PACMA hay que conocer la quinta. Hoy son alrededor de 140 perros los que conviven, algunos compartiendo caniles, otros atados solos pero con espacio para moverse y con una cucha de cómodas dimensiones, los cachorros con pocos días de vida en una habitación junto a su madre, y los lastimados y heridos, también en condiciones especiales para ayudar a su recuperación.
Es sábado, día en que se realiza la mayor cantidad de visitas a la quinta. Entonces, hay un grupito que pasea perros en la parte de atrás, otras personas que acarician a los que están atados, mientras que los pocos perros que andan sueltos buscan la compañía de la mano amiga también. Bernardo, el cuidador del predio y un poco el padre de todos, repara el alambre de un canil que le pone límites a los cuatro o cinco “escapistas” que hay residiendo. Así y todo, uno se logra escapar y corre en busca de un humano que le haga un mimo.
Hay algo que sorprende, a excepción de los recién llegados o los que están haciendo un tratamiento para recuperarse de alguna herida, el resto de los perros luce saludable, bien alimentados, con el pelo casi brilloso. No parecen animales de un refugio.
El origen
PACMA se conformó en 2014 por la iniciativa de un grupo de vecinos que compartía la idea de hacer algo para cambiar la realidad de muchos animales que viven en situación de riesgo, en la calle, lastimados, abandonados, explotados. El detonante en ese momento fue el estado en que se encontraba el refugio municipal y la necesidad urgente de encontrarle una solución a la problemática de la población canina callejera. “La idea fue nuclearse y armar una ONG con personería jurídica, algo fundamental para después poder gestionar y llegar a donde estamos ahora”, explica Augusto De Benedetto, quien en su momento presentó un proyecto en el Concejo Deliberante para tratar de modificar la situación que se vivía en el refugio Manuela Moreno.
La por ese entonces todavía agrupación empezó a caminar mientras gestionaba la personería. La primera acción relevante fue el alquiler de una quinta para alojar a los perros callejeros y que iban rescatando. A través de bonos donación, ferias de ropa, venta de alimentos elaborados por ellos mismos y el lanzamiento del Proyecto Padrino (ver recuadro) pudieron alquilarla.
“Al mismo tiempo se hizo la página en Facebook, que hoy tiene 12.000 seguidores de Tres Arroyos y toda la región. Eso nos posibilitó tener una muy buena interacción con los vecinos, que siempre nos están consultando y publicando si ven un perro perdido o abandonado”, cuenta Ani.
“Las redes sociales nos permitieron contactarnos con mucha gente que quiso conocer la quinta y que quiso colaborar. Hay muchas formas de ayudar, yendo a la quinta a pasear perros, dando un tránsito para un perro lastimado o recién castrado o que no pueda estar en contacto con otros, o avisando cuando ven un perro que está publicado como perdido”, aporta Daniel.
El Facebook resulta clave, además de para difusión, porque le permite tener un canal anónimo a la gente para denunciar situaciones violentas y de maltrato a los perros. “Por privado nos avisan, o nos preguntan qué tienen que hacer para denunciar lo que pasa con un vecino, por ejemplo. En ese sentido, en caso de que el perro no pueda ser visto desde la calle, lo que les pedimos es que junten pruebas para presentar, como fotos o videos en los que se vea el maltrato, o tengan testigos para hacer la denuncia”, dice Manuela.
Los integrantes de PACMA han participado de muchos allanamientos en los que se lograron rescatar perros en estados calamitosos, aunque en otras ocasiones lograron cambiar la realidad del animal hablando con el dueño, sin la necesidad de llegar a ingresar a la casa con la policía.
En este y en otros aspectos haber conseguido la personería jurídica en noviembre del año pasado resulta clave. “La Justicia se apoya mucho en la ONG para actuar y hacer cumplir la Ley Sarmiento de maltrato animal. Ante nuestras denuncias siempre ha respondido muy rápido”, asegura Augusto.
Mudanza
La personería marcó un antes y un después para PACMA porque posibilitó que el municipio le propusiera participar de un proyecto conjunto. “En diciembre nos ofertaron construir un Centro de Zoonosis y fusionarnos con el refugio municipal. Se trata de un convenio por el que nos dan el predio por 30 años y será inaugurado el próximo 2 de junio. Será muy importante porque los perros estarán mejor, ganarán en calidad de vida, y nosotros dejamos de pagar el alquiler de la quinta”, cuenta Lorena.
“Este convenio tiene como objeto la cooperación mutua entre el municipio y nuestra ONG, con la finalidad de controlar la población canina del distrito. Nosotros nos vamos a ocupar del manejo y la municipalidad pone los recursos para realizar castraciones, nos da las vacunas antirrábicas, entre otras cosas”, agrega Augusto.
Y ahí llegamos al tema prioritario para PACMA: las castraciones. “Nosotros apuntamos a castrar 4000 animales por año. Es de la única manera que podemos llegar a controlar la población canina. Hay que tener en cuenta que pueden nacer ocho cachorritos por parición, es un número muy grande. Mucha gente por privado te dice que no tiene el dinero para hacerlo y ahí intervenimos. La Municipalidad nos da una cierta cantidad de castraciones gratis y así lo vamos manejando”, explica Ani.
“En el predio nuevo habrá un lugar especial donde se va a castrar masivamente y en forma compulsiva. Porque la idea no es mudarnos a un refugio nuevo para tener un depósito más grande de perros. Habrá un límite, y nosotros tenemos que trabajar en la forma de controlar el aumento de la población canina”, dice Augusto.
“El Centro de Zoonosis tiene que servir para que vayan los vecinos, adopten y se lleven los perros. La idea no es tener 400 perros, todo lo contrario, enfocamos la política de castraciones como eje fundamental”, agrega Daniel. Y aclara que “si bien el equipo de adopciones funciona bien, porque tuvimos en enero y febrero un promedio de 10 perros dados, en el mes nos pueden dejar cuatro cajas con ocho cachorritos cada una… No hay equilibrio”.
Historias
Cada perro que llega al refugio tiene una historia que merece ser contada y, sobre todo, está bueno difundir la evolución que va teniendo el animal. “Dentro de la página web se cuenta la historia de cada pero, cómo se encontró y cómo está hoy. A la gente le interesa saber qué paso con ese perro que nos avisó que estaba abandonado o herido. Y que vean los progresos es muy bueno para que entiendan que sirve mucho la colaboración”, dice Manuela.
Entonces, imposible no contar que a Luna, una perra raza perro que estaba abandonada en la zona del Parque Industrial, la recuperaron luego de hacerle quimioterapia por un tumor y hoy anda feliz de la vida por la quinta. Ni qué hablar de El Negro, un perro que también encontraron todo quebrado luego de que el dueño decidiera atropellarlo porque no lo quería más y lo tiró después en un terreno, en pleno verano. “Estuvo en tránsito, fue operado, durante tres meses no pudo caminar, y hoy está recuperado”, cuenta Manuela con satisfacción.
“Nosotros publicamos el antes y el después, agradeciendo a toda la gente que colaboró, porque esto es un círculo”, agrega.
Otro de los objetivos de PACMA es la difusión de la tenencia responsable de animales y la concientización sobre el respeto a la vida y el cuidado del medio ambiente desde las edades más tempranas. Por eso están implementando charlas educativas en las escuelas de Tres Arroyos. “Cuando ya estemos instalados en el Centro de Zoonosis, los colegios harán una visita guiada para inculcarles a los chicos lo importante que es la castración y la tenencia responsable”, explica Daniel.
Además, otro de los beneficios que logró PACMA a partir de obtener la personería es conveniar con distintas firmas para que ejecuten sus programas de Responsabilidad Social Empresaria. “Las empresas puede colaborar financiando campañas, con donaciones o ayudando con cuestiones específicas que no impliquen la entrega de dinero. Por ejemplo, una empresa de transporte nos va a hacer toda la logística cuando traemos medicamentos de Buenos Aires. O una firma de alimentos a nivel nacional nos va a proveer de bolsas de alimento a bajo costo”, describe Augusto.
Todos los integrantes de PACMA coinciden en que se trata de una tarea que demanda tiempo y dedicación, “todos nosotros tenemos nuestros trabajos y nuestras familias”. Pero también admiten que la labor que cumplen en la ONG los gratifica y les llena el alma.
“A uno le genera felicidad. El amor que te brindan los perros, o cuando vas a la quinta y te reconocen… Porque te reconocen, saben muy bien que fuiste vos la que los rescató y te lo demuestran. Eso es lo que te atraviesa el alma”, dice Ani. Amores perros que le llaman.
Programas para colaborar con PACMA
Cada perro le insume un gasto de 200 pesos por mes a PACMA, entonces necesita realizar distintas acciones para lograr recursos económicos y también para colaborar con el funcionamiento del refugio. Para eso tiene varios programas en marcha.
* Programa Padrino: a las personas que están interesadas pero no pueden adoptar un perro, se les pide dinero para el alimento del mes, un collar y una correa para su apadrinado. Y la voluntad de ir cuando puedan para visitarlo y sacarlo a pasear por la quinta. En la actualidad unos 50 perros tienen padrinos, casi la mitad de los que habitan en el refugio.
Programa de Tránsito: es brindarle alojamiento temporal a perros que por alguna razón no pueden estar en la quinta -porque están lastimados, recién castrados, en celo, etc.-. Hay un listado de voluntarios que se anotan para alojarlos por unos días.
Programa de Apadrinar una Castración: Esto se ha puesto en marcha recientemente. El interesado en colaborar va a una veterinaria y paga una castración de bajo costo y a PACMA le queda “el crédito” para llevar a alguno de los perros que necesitan castrarse, ya sea porque no tienen dueño y llegaron al refugio, o pertenecen a una familia de bajos recursos que está debidamente probado que no pueden pagar la intervención.
Programa de Alimentos: Otra alternativa para ayudar es donar una bolsa de alimento o colaborar con dinero para comprarla.
Campaña de Socios: PACMA inició en marzo su campaña de socios. Los interesados pueden abonar cuotas de 30, 50, 100 o 200 pesos mensuales. Está la facilidad de que se la debiten de la factura de la CELTA o las posibilidad de pedir que se la pasen a cobrar por la casa.