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Natalia pasa frío y necesita chapas

Natalia Gutiérrez tiene siete hijos, seis de ellos viven con ella en la casa de calle Mar del Plata al 1500.

El temporal del último sábado causó daños en la estructura de la vivienda. Se trata de una de las casas del barrio de Los Ranchos de la Virgen de Luján. Sin embargo, no es fácil reconocer el diseño típico del barrio en el hogar de Natalia, porque con lo que fue sacando del basural, la Asignación Universal por Hijo y la colaboración de su padre levantó otra pieza y un comedor que mantiene muy prolijo y limpio.

Natalia invita a LA VOZ DEL PUEBLO a pasar. En la sala de ingreso un enorme fogón arde y es el único medio de calefacción del hogar. Los pisos brillan y el orden es notable. El esfuerzo por tener bien a sus hijos y mantener pulcra su casa, no evitó que las inclemencias del tiempo hicieran lo suyo y el frío de estos días calara en los huesos de la mujer y sus niños.

La joven invita a este diario al patio y allí muestra cómo sostiene con unos elásticos de cama viejos, piedras y frazadas lo que fuera el techo de su casa. El miércoles a la mañana Natalia se fue caminando desde Mar del Plata y Buchardo hasta la Municipalidad cansada -según señaló- de ir y venir a la Secretaría de Desarrollo Social. Pide que la ayuden a conseguir o comprar las chapas que se le volaron con el temporal. “Aramberri me ha ayudado alguna vez, pero ahora no me atendió. Primero te atiende el secretario y te dice que está en reunión”, cuenta la mujer a LA VOZ DEL PUEBLO.

Con los 4000 pesos que cobra de Asignación Universal por Hijo, “voy haciendo mi casa, en este momento no tengo ni para comprar medio kilo de pan, por eso es que fui a pedir ayuda. Hace mucho frío y no tengo cómo calentar a los chicos”. Además del techo de la cocina, también en la habitación Natalia apoyó un palo que sostiene unas placas de durlok del techo que se cayeron con el viento que sopló fuerte y embolsó la estructura hasta que la rompió. En el lugar donde está la cama grande y las camitas de sus hijos el “chiflete” es insoportable.

 

Sin recursos

“Le expliqué al secretario en la oficina de Desarrollo Social (en referencia a la persona que atiende en mesa de entradas) que se me había volado el techo y me pidió que volviera al día siguiente a las 7 de la mañana y fui, pero no me recibieron. No me gusta la atención que hay, adelante te dicen que vengas mañana y pasado y nunca te dan nada. Pareciera que para que te atiendan tenés que ser quilombera o ir toda mugrienta o decirles de todo o tal vez si vas en un cero kilómetro te dan de todo, pero yo realmente lo necesito y no me dan una mano”, consideró Natalia.

La madre de siete hijos le cuenta a este diario que “cuando estuvo (Eduardo) Sage me prometieron la instalación de luz y nunca me la dieron o me ayudaron, entró Capellari y tampoco, entró Claudia Cittadino y nunca nada, no sé por qué no me ayudan, creo que porque me ven bien. De a poquito arreglo mi casa, pero tengo siete hijos y no puedo todo. Me dieron un plan de 2500 pesos para que no vaya al basurero con los chicos y no se enfermen, Aramberri me dijo que no quería que volviera a cirujear”.

Natalia cuenta que “por eso ayer (por el miércoles) me cansé y fui a hablar con (Julio Federico) Pity, llegué hasta la Municipalidad caminando y le dije que necesitaba las chapas que se me habían volado y que vengan a ver porque no estoy mintiendo”.

La joven admite que le gusta ir al basural porque “junto ladrillos, ropa para los nenes, cubrecamas, sábanas, me compro jabón y lavandina y lavo, mis hijos están bien y yo también. Pero ahora me pasó esto y no puedo afrontar el gasto y hace mucho frío para soportarlo”.

 

Reclamo

Si bien Natalia está contenta con el barrio y sostiene que le gusta cómo lo ve, es crítica respecto a los problemas que la circundan. “También quiero reclamar por la necesidad de tener un paredón porque en muchos casos hay basura y ratas, yo soy humilde, pobre pero me gusta vivir en la limpieza. Reclamé por las ratas que hay enfrente y alambres. Dicen que no lo pueden sacar, pero un vecino que trabaja en la Municipalidad ayer (por el miércoles) cortó las plantas y hoy a las 7 de la mañana vino con el camión y se llevó todas y yo hace una semana que les pido que saquen la tierra y escombros de mi vereda y nadie vino, entonces pienso que tengo que sacarlo yo o algunos tiene corona. Si somos todos iguales tenemos que ser atendidos todos”, explica.

La preocupación que manifiesta es porque “hay mucho raterío y amontonamiento de basura, el polideportivo es un asco, Aramberri podría comprar juegos y tener a una o dos personas que lo mantengan, hay caballos y mugre. Sino que levanten todo y hagan un barrio en esa manzana”.

 

La salita

Natalia no habla mucho de la salita, pero hace algún comentario. “Tardan mucho en dar los turnos, te lo dan con un mes de demora, de la salita te mandan al hospital, del hospital a la salita. Si tenés un nene enfermo ahora, vas a la salita y te dicen que no hay un médico, te vuelven a mandar a la guardia del hospital donde te atienden así nomás. Acá sólo hay una doctora, Julieta, que está de 8 a 12. Si se rompe la cabeza un nene o se corta un dedo ¿Qué tenés que hacer? Irte al hospital y ¿si no tenés en qué ir? Pagar un remís y si no disponés de plata, pedirle a un vecino que te lleve”, señala.

En cuanto al apoyo que recibe, dice finalmente que “las asistentes sociales tienen fotos de mi casa, de toda clase y nunca me dieron nada, por ahí pedí una bolsa de cemento o una puerta para el patio y venían sacaban fotos, pasaban por Aramberri, por otro y muchas vueltas, pero nunca me dieron nada”.

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