Un grupo numeroso de ex conscriptos de la clase 1965 volvió al lugar donde en 1984 realizó el servicio militar. En una caravana de automóviles, sus integrantes se dirigieron hacia la Escuela Militar de Montaña en San Carlos de Bariloche, donde el martes 20 reafirmaron el juramento a la Bandera. Son aproximadamente 30, a quienes se sumaron once oficiales y suboficiales que eran jefes e instructores de ellos y que ya se han retirado de la actividad.
La mayoría de los que formaron parte del encuentro residen en la provincia de Buenos Aires. Siete de ellos viajaron desde Tres Arroyos: Marcelo Erramuspe, José Dufourg, Ariel Auzmendi, Walter Di Paolo, Daniel Duchosal, Luis Rizzi y Jorge Jensen. De esta manera, en el transcurso de esta semana, buscaron recrear durante cinco días “la colimba, acorde a entre los 51 y 53 años que tenemos”, explicaron.
Después de mucho tiempo de no tener contacto, hace poco más de un año parte de los ex conscriptos se contactaron a través de las redes sociales. El primer paso lo dio Eduardo Garay, de Comandante Nicanor Otamendi, localidad del partido de General Alvarado.
Una noble idea
Es así que intercambiaron mensajes a la distancia y también se reunieron en los últimos meses. El 27 de mayo, se congregaron en Tres Arroyos ex soldados y ex jefes militares, mientras que el domingo 18 partieron hacia Bariloche, ciudad a la que arribaron el lunes.
Es un sueño que se cumplió. Por supuesto, hubo otros con los que no pudo establecerse un contacto o decidieron no participar. Pero entre quienes intervinieron, la característica común fue el entusiasmo y las ganas. “Inédito e histórico”, son las palabras que pronunció Erramuspe y señaló a LA VOZ DEL PUEBLO que ante las gestiones de los oficiales retirados, “el Estado Mayor del Ejército aprobó nuestro pedido. Le pareció una noble idea volver a jurar a la bandera donde cumplimos con la patria en 1984”.
Viejas épocas
Describió al período en la Escuela Militar de Montaña como “muy duro por el clima. Se registró una de las nevadas más grandes. Empezaba la democracia, el presupuesto no alcanzaba. Pasamos hambre y frío”.
En este contexto, afirmó que “se generó una amistad, más allá de que nos dejamos de ver. A través de las redes sociales, hace un año comenzamos a organizar encuentros y también se nos ocurrió convocar a quienes eran nuestros jefes, militares retirados. A uno de ellos le pedimos si podía organizar una vuelta, alojarnos unos días, recorrer y recordar viejas épocas”.
La solicitud ante el Estado Mayor del Ejército fue realizada por el coronel retirado Víctor Herrero. En declaraciones periodísticas que reprodujo el diario Clarín, consideró que “creo que nos tienen afecto porque éramos un grupo de superiores especial, con libertad para enseñar a los chicos”.
Emoción
El acto que tuvo lugar el Día de la Bandera los movilizó. Ensayaron el desfile y cuando lo llevaron a cabo, los sorprendió el aplauso de soldados profesionales. Erramuspe sostuvo que “el director de la Escuela habló del patriotrismo nuestro. Para nosotros, fue importantísmo. El personal militar actual nos recibió muy bien, con mucho respeto, lo que te lleva a estar muy a gusto. Superó las expectativas”.
En estos días, combinaron los paseos por el museo y otros lugares turísticos de Bariloche, con algunas prácticas que los llevaron a tener muy presentes los meses compartidos hace más de 30 años. Hicieron, por ejemplo, un kilómetro de marcha y por supuesto, sintieron la exigencia física.
“Nos vino bien además para juntarnos con ex soldados de esta zona, de Bariloche”, destacó Erramuspe.
Apoyo familiar
Es chofer de larga distancia en la empresa Río Paraná. Está casado y tiene tres hijos, que son -indicó- “adolescentes casi adultos”. Viajaron solos, las familias “nos fueron a acompañar para despedirnos. Nos desearon que disfrutemos, porque es el momento de ustedes. Tuvimos mucho apoyo de ellos”.
Aunque más de 200 conformaron la compañía en 1984, viajaron unos 30 más los ex jefes. “Eduardo Garay, de Otamendi, fue quien dio origen a todo. Le agarró nostalgia, nos empezó a buscar y me ubicó. De Tres Arroyos eramos alrededor de 20 y reunimos siete; algunos no viven en más en la ciudad, a otros les perdimos el rastro y hubo quienes decidieron no ir, la pasaron mal y no querían saber nada. Quienes participamos lo tomamos con compromiso, todas las posturas son respetables”, observó.
El martes 20 de junio de 2017 quedará en su memoria. Y en la de cada uno de los protagonistas del regreso a la Escuela de Montaña. En el cierre de la entrevista telefónica, puso de manifiesto que “por lo que hemos escuchado, un hecho así no tiene antecedentes” y con gratitud subrayó: “Anduvo todo perfecto”.