Huracán se consagró el último domingo como el campeón del Torneo Apertura de Primera División, un logro más que justo para un equipo que desde el vamos demostró cuál era su objetivo: cortar el “reinado” de Once Corazones, el multicampeón de los últimos años.
Con un grupo que, en su mayoría, ya formaba parte del club y algunos refuerzos que se quedaron luego del Federal C, el Globo sentó las bases de un juego que le rindió frutos. El mediocampo fue vital para lograr el objetivo, recuperando dos piezas claves que no estuvieron durante el 2016 y se hicieron sentir: Ciccioli (jugó en Boca) y Barroca (se fue a mitad año), generadores de juego y con mucha llegada al área rival. Asimismo se notó la solidez defensiva, con compañeros que ya se entienden de memoria y que le dan mucha tranquilidad a un seguro Leandro Fernández (terminaron como la segunda valla menos vencida). Y la figura del equipo terminó siendo un viejo conocido: Jonathan Vannieuwenhoven, delantero que recuperó su faceta goleadora y se despachó con la friolera de 10 tantos. Pero sin dudas hay que remarcar el trabajo que hicieron Domínguez y Fritz en el mediocampo y Alcodoy en la delantera, una posición donde no parecía acostumbrado a jugar y donde mostró cosas sumamente interesantes, aportando 3 goles en momentos importantes, así como también lo hecho por los jóvenes del club que cada vez que ingresaron mostraron su carácter.
Si vamos a los números fríos, el Globo cosechó 27 puntos sobre 27 posibles, ganando los 9 juegos del certamen anotando 22 goles y recibiendo sólo 8. Una máquina. Una máquina que además tuvo actitud y supo remontar momentos difíciles y resultados adversos, imponiéndose a rivales directos como Once y sacando adelante partidos “chivos” como ante Colegiales.
Ahora se viene el Clausura y Huracán parece ir por más. El tiempo dirá si podrá repetir…