Sin perder el bajo perfil, pero ante 260 invitados, muchos de ellos internacionales, Lionel Messi y Antonela Rocuzzo se casaron ayer en su Rosario natal en una ceremonia por civil que se celebró en el complejo City Center.
Acompañados de sus hijos Thiago (4) y Mateo (1), la pareja dio “el sí” ante el director del Registro Civil de Santa Fe, Gonzalo Carrillo, alrededor de las 20, una hora después de lo pautado. María Sol, Rodrigo y Matías Messi, los hermanos del futbolista, fueron los testigos de la boda junto a Paula y Carla Roccuzzo, hermanas de Antonela.
La pareja se mostró pocos minutos ante unos 150 periodistas de medios de comunicación de varios países, que solo pudieron sacar fotos y filmar, sin hacer preguntas. Fiel a su estilo, los novios eligieron el silencio, pero accedieron a darse un fogoso beso frente a las cámaras ante el pedido a gritos de quienes esperaban retratar el momento y mostrar el traje Armani de él y el vestido de la diseñadora española Rosa Clará de ella.
Antes y después de la ceremonia, una decena de parejas de invitados recorrió la alfombra roja preparada para los flashes. Futbolistas españoles, brasileños e integrantes del Seleccionado argentino con sus esposas y novias, fueron parte de los “modelos” que se prestaron a saludar y posar con sus elegantes trajes y vestidos.
Durante el día hubo un servicio de peluquería exclusivo disponible para los asistentes y también se preparó un área especial para que los niños se entretengan durante el enlace y la fiesta, en la que se sirvieron comidas típicas como cazuelas de mollejas, carnes trinchadas ahumadas y chorizos bombón, acompañadas de vinos de la Bodega Bianchi.
Sin iglesia
Messi y Rocuzzo no se casaron finalmente por Iglesia debido a que la pareja evitó movilizarse a la Catedral local por motivos de seguridad y el Arzobispado rosarino no autorizó el armado de una capilla en el complejo del Casino City Center, ubicado en el extremo sur de la ciudad. El juez local fue el encargado de celebrar la ceremonia por civil.
“Pidieron un turno para casarse hoy en la Catedral, situada en Buenos Aires y Córdoba, a un par de cuadras del Monumento Nacional a la Bandera, en el microcentro rosarino, un lugar en el que finalmente los novios y sus familias desistieron de hacer la ceremonia religiosa por cuestiones de seguridad”, explicaron allegados a los contrayentes y fuentes de la Iglesia de Rosario.
Luego los novios pidieron a la Iglesia casarse en una capilla que podrían improvisar en el hotel, que no fue autorizada: “La jerarquía está muy reacia a autorizar ceremonias fuera de las parroquias, iglesias, templos, capillas y otro ámbito religioso, sobre todo en un sacramento como el del matrimonio”, reveló un vocero del círculo íntimo del arzobispo rosarino, Eduardo Martín.
El director del Registro Civil que llevó a cargo la ceremonia reveló que “no es habitual” este tipo de casamientos y contó que “ellos estaban un poco incómodos por lo que estaba saliendo en la prensa”. “Entablamos la relación haciendo trámites y me lo pidieron”, aseguró Carrillo.