Llevó su zurda a Gibraltar y cumplió un sueño

Germán García está de regreso en Claromecó. Por poco tiempo porque hay buenas noticias: el Lynx de Gibraltar, equipo donde juega desde la temporada pasada, le renovó el contrato, por lo que en breve se tiene que presentar para la pretemporada. En tan sólo un año, la vida de Germán cambió por completo. De ser un jugador de la Liga local pasó a ser un profesional y en Europa, cumplió el sueño que lo movilizó durante toda su vida, y por el que trabajó arduamente.

Es un jugador del fútbol europeo, pero de regreso en su casa, colabora en el negocio de sus padres. Entonces Germán atiende a LA VOZ DEL PUEBLO (esperó al cronista incluso rechazando hacer otras notas, porque tenía un compromiso que cumplió), mientras oficia de repositor de gaseosas. Es el mismo chico de siempre, al que en Claromecó todos conocen como “Jaime”, con humildad y sencillez, pero también es integrante de la plantilla de un club que forma parte de una liga perteneciente a la UEFA. Con naturalidad cuenta que “fue un año muy largo, por suerte estoy de vuelta, extrañaba mucho mi casa y Claromecó”.

Cosas del destino

La llegada de Germán a Europa es una historia en sí misma. Ya es conocida, pero ahora él mismo la relata. Dice que “yo me fui a una prueba a Aldosivi de Mar del Plata, y al finalizar la práctica, había un hombre en la ruta con la camioneta cerrada, con la llave adentro. Nosotros con mi familia nos ofrecimos a llevarlo a un cerrajero, y en el camino empezamos a hablar de fútbol, y resultó que era el papá del que hoy es mi representante, Alejandro Reberussi, que vive en Estados Unidos. Quedamos en contacto, me pidió el teléfono, pasaron los meses hasta que sonó, jamás me imaginé que me iba a llamar, pero cumplió con lo que me dijo. Y de un día para el otro me encontré tomando un avión en Ezeiza junto a otro chico de Balcarce, Lucas Olmos. Fue una decisión que tuve que tomar, porque era el sueño de toda mi vida, y no dudé en aprovechar la oportunidad. La verdad es que yo no tenía ni idea a dónde iba, era la primera vez que viajaba en avión, no sabía qué era Gibraltar. Fue así, de un día para el otro”.

García prosigue contando la llegada al territorio de ultramar conocido por su célebre Peñón. Indica que “mi llegada fue en verano, para la pretemporada, estaba a prueba con Lucas Olmos, pasaron unos días y nos ficharon a los dos para empezar la Liga, que empezó en septiembre. Arranqué jugando en Reserva, de volante por izquierda hasta casi la mitad del torneo, y me fui moviendo hasta quedar de lateral izquierdo, en una formación de 4-3-3, aunque a veces cambiamos. Quedamos sextos en la liga, el ganador fue Europa, que también ganó la Copa Rock Cup. En la copa quedamos afuera por penales en cuartos de final ante el Saint Josephs. De mitad de año en adelante comencé a jugar en el primer equipo”.

Su adaptación

Al hacer un cambio tan drástico, a Germán le costó un poco adaptarse al fútbol europeo. Señala al respecto que “me costó bastante, al principio mucho. Era la primera vez que salía de mi casa, no conocía el lugar, fueron unos cuatro meses de adaptación. El técnico habla en dos idiomas, en inglés y español, primero da la charla en inglés y luego la traduce, en ese sentido no tuve problema. El entrenador nos exige que mantengamos alto el nivel, por supuesto, todos queremos ganar”.

Acerca del fútbol en sí, añade Germán que “allá se juega a dos toques, con velocidad, no hay mucho roce y se juega más abierto, dejan jugar más. Lo que se ve habitualmente del fútbol europeo. La liga ha ido creciendo, sobre todo desde 2007 en adelante. Hay muchos extranjeros, ahora los clubes están siendo comprados por grandes inversores. Si el equipo pierde no es tan trágico como acá, pero sí hay exigencia, por supuesto que nadie quiere perder. Hay jugadores habilidosos, hay un argentino conocido, Hugo Colace (pasó por Argentinos Juniors, Newells, Estudiantes, Flamengo de Brasil, All Boys y Olimpo, entre otros), que está jugando en el Mons Calpe, el capitán de nuestro equipo juega en la Selección de Gibraltar, por ejemplo. Hay mucha velocidad, el salto que di es muy grande, por eso me costó. Al principio me chocaba todo el tiempo, pero terminé siendo uno más. De chico me preparé siempre, me la pasé entrenando, gracias a Dios se me dio, y espero seguir creciendo. Se juega en un solo estadio, el hincha es muy distinto, más tranquilo, van a disfrutar más del partido. Con la hinchada hay menos presión, pero el club quiere que el equipo siempre esté bien y a los jugadores nos gusta la exigencia. Siempre está el objetivo de estar entre los mejores, y poder entrar en las copas importantes, porque el ganador de la Liga ingresa en fase preliminar de la Champions League”.

Subir el Peñón

En cuanto a la preparación, dice García que “la pretemporada es muy dura, muy exigente, y luego los entrenamientos son con la pelota de por medio. En la pretemporada estuvimos subiendo el famoso Peñón hasta lo más alto. Allá en verano hace mucho calor, pero es un calor distinto, y el invierno no es tan crudo como el de acá. Cuando llegué me bajé en Ezeiza de remera, mi mamá ya empezó a retarme para que me abrigue”.

La estadía de Germán en Claromecó es breve, ya que próximamente se tiene que presentar nuevamente en el Lynx. Indica que “antes del 10 de agosto arrancamos la pretemporada. Por un año más estaré ahí junto con Lucas Olmos, ambos estaremos viajando juntos otra vez. Yo firmé un contrato profesional con el club, y ahora estoy tramitando la doble nacionalidad, por el tema del cupo de extranjeros, que permiten sólo tres”.

El jugador es consciente de que en su localidad provocó una revolución. De un día para otro todos comenzaron a buscar en internet Gibraltar, el Lynx, todo Claromecó estaba pendiente de este vecino que triunfó en Europa.

Dice que “me dijeron que miraban la página del Lynx, todavía me parece raro ver mi foto ahí. Mis amigos me felicitaban, me mandaban saludos, me llenaron de preguntas y me pedían camisetas”. (N. de la R.: obsequió generosamente una camiseta al cronista).

Su vida allá

García describe también su presente y su vida diaria en Gibraltar. Comenta que “casi siempre entrenamos por la mañana, hay veces que hacemos doble turno por la tarde. Yo vivo en un barrio cercano al estadio en un apartamento junto a otros compañeros, otro argentino, un suizo y un egipcio. Ahí también tuve que adaptarme, con el suizo sobre todo, porque no habla español, nos comunicamos por el traductor del teléfono. Y el chico de Egipto aprendió español. Durante el día me manejo por la ciudad, en tiempo libre salgo a pasear. La primera vez que fui a comprar a un negocio, lo único que dije fue no speaking english, pero por suerte el que atendía hablaba español. También voy a comprar a España, que es muy cerca, llego caminando en 15 minutos. En bus también me manejo bien”.

Hay novedades y expectativas en el Lynx para la temporada que viene. Señala Germán que “llegarán refuerzos y un entrenador nuevo, es todo lo que sé por el momento. Por ahí vuelvo a jugar en el mediocampo, nunca se sabe. Pero si me toca seguir de lateral lo haré porque me gustó y me adapté bien. Esta temporada fuimos ofensivos, a veces frente a Lincoln y Europa que son los más fuertes, hubo un planteo distinto, pero siempre intentamos jugar al fútbol pensando en el arco rival. Por suerte no me lesioné durante todo el año. Acá en Claromecó siempre me desgarraba, pero fortalecí mucho en la pretemporada que me vino muy bien, lo mismo que con las horas de gimnasio. He mejorado bastante y lo noté, crecí en lo futbolístico. Siempre trataré de seguir para adelante, y este año voy con más confianza”.

Ahí está Germán García, el chico de Claromecó que un día se fue a Europa a cumplir su sueño de toda la vida. Ahí está el jugador que vistió las casacas del Recreativo Claromecó y de Alumni de Orense, el mismo que en Gibraltar arrancó en Reserva y terminó en la Primera del Lynx, a veces incluso con la banda de capitán en su brazo derecho. Pero con la simpleza de siempre, termina la charla y vuelve a colaborar en el negocio familiar.