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Acompañándolos en sus sufrimientos

En Bernardo de Irigoyen 172 funciona la cooperativa en formación Acompañándolos. La casa tiene un jardín delantero con plantas, aunque con el día gris no se luzcan demasiado. Cuelgan de las canaletas del techo unos llamadores de ángeles, las ventanas linderas a la puerta de hierro están abiertas y por allí se escucha el bullicio. Cuando se abre la puerta, sale una señora que asistió al lugar para inscribirse en la jornada-taller “Demencia senil-Alzheimer, manejo del paciente con deterioro congnitivo” que se realizará el sábado 8 a las 8.30 horas en el CRESTA.

LA VOZ DEL PUEBLO ingresa al espacio donde funciona la cooperativa que agrupa a unas 50 personas que brindan servicios de enfermería, acompañamiento terapéutico y asistencia personal, cuidadoras y otros trabajos afines. La presidenta de la entidad, Susana Fígaro, es la encargada de hacer las presentaciones. En la recepción una estudiante a punto de recibirse de contadora es la encargada de resolver todas las cuestiones administrativas. Inmediatamente pasamos a la cocina. Allí un delicioso aroma a panqueques recién hechos da la bienvenida.

Alrededor de la mesa cuatro jóvenes esperan que se termine la cocción y le reclaman a este diario: -“¿Trajiste el dulce de leche?”. Una señora muy amable explica que están cocinando para el proyecto “Las bicis”, para llevar a la quinta donde viven los que encargaron y que los tienen que embolsar, aclarando que por el momento no se necesitaba el dulce.

Susana le cuenta a LA VOZ DEL PUEBLO que una vez por semana la cooperativa cede una hora para que personas que tienen curadores o están judicializadas asistan a aprender, hacer juegos cognitivos, cantar y otras actividades que les brindan sin costo alguno. Antes de que este diario se despida de los chicos que estaban a punto de finalizar su jornada, llegó la promesa que ansiosos esperaban escuchar, “vamos a volver a visitarlos, a charlar con ustedes y traeremos el dulce de leche”.

 

“Las bicis”

Las personas que asisten a Acompañándolos están judicializadas o tiene curadores, muchos viven -alrededor de 30- en una quinta. La idea de Susana y su equipo es brindarles la posibilidad de ser independientes y poder moverse por sí mismos. Para ello necesitan tener cada uno su bicicleta.

Por ahora los que emprenden este proyecto son ocho que transmiten el pedido a LA VOZ DEL PUEBLO. “Somos un grupo de jóvenes motivados con un mismo objetivo, reunir fondos para poseer nuestras bicicletas. Sí, movilizarnos por la ciudad, Lo haremos mediante la venta de productos que elaboramos todos los miércoles: pizza mozzarella a 75 pesos; dos prepizzas a 30 pesos y la docena de panqueques a 25 pesos. Se lleva a cabo en la sede de la cooperativa Acompañándolos Ltda., Bernardo de Irigoyen 172. Hacé tu encargue al 2983-598044, o 2983-464997. Consultá en la página www.acompañándolos.com.ar”.

 

La cooperativa

Al lado de la cocina, una sala grande con un sillón muy cómodo, placares, el televisor y un parlante de música es el espacio que Susana Fígaro elige para contar la historia del lugar e invitar a la comunidad a participar de la jornada taller que organizan.

“Comencé sola y cuando me di cuenta que funcionaba formé el grupo”, recuerda.

No tenía experiencia. Comenzó asistiendo enfermos desde lo que sabía hacer, la cocina. La gran necesidad de trabajar hizo que Susana a pesar de tener el título de gastronomía, aceptara cuidar a una señora; “no sabía hacer nada, pero la familia que me contrató me preparó con una enfermera y así empecé”, explica la mujer orgullosa de su origen y de la evolución en su actividad. 

Indica que la formación académica la realizó en Tandil, en Necochea y en nuestra ciudad a través del CIAT (Coordinación e Investigación del Acompañamiento Terapéutico). Primero realizó la parte asistencial y fue “cuidadora”, luego entró en el mundo del acompañante terapéutico en una institución de Tandil, lugar en el que descubrió que “me estaba gustando ser acompañante”.

Pero no se quedó con lo que le iban enseñando; “me di cuenta que necesitaba capacitarme y que necesitaba muchas Susanas porque yo no daba abasto”. Cuenta que realizó una prueba piloto durante tres años para ver cómo funcionaba un servicio asistencial en los domicilios, y entonces “fui viendo errores y qué pasaba”. Poco a poco fue formándose en distintas especialidades, sumó conocimientos sobre trastorno de la personalidad, autismo, Asperger, entre otros. “Así fuimos aprendiendo”, puntualiza.

Señala que su experiencia la trasladó al grupo que “pasó de ser de cinco a cincuenta y siempre con la premisa de capacitarse”.

La cooperativa nace de la inquietud de Marcelo Pirelli  el contador de la entidad que un día hablando con Susana le advirtió que era una actividad con muchos riesgos, porque faltaba el marco jurídico y el grupo tenía que tenerlo en forma urgente, así surge Acompañándolos Ltda., la cooperativa. “Primero me dio celos tener que ampliarla porque la habíamos creado durante años y funcionaba, pero acepté que debía hacerlo para todos”. Al equipo se incorporó una asesora legal, Melisa Hoffmann, quien arma los estatutos, reglas internas, la coordinación a cargo de Susana que destaca la figura del licenciado en Psicología Francisco Médico, porque “fue el primero en brindarnos su apoyo como profesional y abrirnos las puertas del CRESTA, institución que colabora mucho con la cooperativa. Nos ayudó a organizar capacitaciones y a ampliar el panorama de los aprendizajes”.

La casa es de Susana que acota “su mundo” a un pequeñito lugar, porque el resto del espacio es de la cooperativa. “Inicio esto con la intención de ayudar al otro”, sostiene. Aunque después fueron surgiendo otras inquietudes: “La gente de PAMI que no tiene donde ir, los chicos que están judicializados o padecen enfermedades mentales”.

El crecimiento ha sido rápido, pero en “los papeles” la cooperativa está en formación, en lo asistencial más de un 100 por ciento, pero aún falta reglamentar y explotar los acompañamientos terapéuticos; “hay que tener bien el sector y todas las chicas capacitadas. Hoy hay una tecnicatura en el Instituto 167, y muchas están estudiando allí, por eso trabajan con nosotras”, explica.

Están planificando -según el crecimiento que se percibe- poder utilizar más el espacio para talleres, capacitaciones y articular con otras instituciones.

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