Como parte de la recorrida del diario por diferentes sectores de la ciudad, vecinos que residen en vivendas del Barrio La Constancia brindaron su punto de vista sobre la situación del lugar, las necesidades y prioridades.
Integrantes del barrio brindaron su testimonio, dos accedieron que se le tomen fotografías y dieron su nombre, mientras los restantes expresaron su opinión pero prefirieron que su nombre se mantenga en reserva.
Una de las preocupaciones que plantearon está relacionada con la zanja que está ubicada en forma paralela a la avenida Güemes, desde su intersección con avenida Alem, frente a las casas del barrio. En este sentido, explicaron que “en verano se llena de mosquitos, cuidamos que no se amontone agua adentro de la casa por el dengue y en la zanja es terrible”. Una vecina subrayó que “cuando pasan muchos días y el agua no corre es impresionante el olor a podrido, hasta perros muertos hemos tenido que sacar de ahí”. Algunas de las mujeres que accedieron a hablar con LA VOZ DEL PUEBLO dijeron que “de vez en cuando se hace algún trabajo de limpieza y mantenimiento, pero como se puede ver, es insuficiente. Pensamos en juntar firmas para ir a la Municipalidad a pedir solución para estos temas”.
Sandra se asomó a la puerta de su casa y le contó a este diario que “lo peor son las ratas, si venís de noche las vas a ver caminando por los cables, parecen gatos”. Explicaron que “ponemos cebos en el patio, pero es imposible combatirlas”. Otra queja es que la basura desparramada adentro de la zanja, muchas veces es la misma que los perros llevan al romper las bolsas de residuos. Actualmente la recolección se realiza día por medio.
Más inquietudes
En la calle Blanco Encalada estaban realizando trabajos de cordón cuneta y arreglos. Un hombre que vive en la cuadra aseguró que las tareas no se desarrollan de forma permanente y dijo que hay días en que los operarios no van; cuando LA VOZ DEL PUEBLO visitó el lugar, el clima era inestable, lloviznaba y estaban desarrollando la actividad laboral. “Yo creo que vienen cuando llueve porque tienen miedo que se inunde todo, se junta mucha agua. Después algunos días vienen y otros no”, afirmó.
Por otra parte, Sandra señaló que “la bajada por Güemes hacia Blanco Encalada es imposible, hemos visto cómo se rompen autos y cómo los camiones que llevan mercadería al mercadito no pueden casi pasar por el desnivel, además que cuando llueve se forma una laguna”. En este sentido, una vecina contó que “una vez le tuve que pedir ayuda a un automovilista para que me cruce porque caminando me enterraba hasta la rodilla en el barro y el agua”.
En su casa, Ana María Villoldo dijo que espera que se conforme una junta vecinal y así poder hacer los reclamos o solicitudes en forma conjunta. “El barrio necesita un espacio verde, hay una placita y muchos chicos, tendría que funcionar allí un lugar con juegos y bien cuidado”, indicó. Otros entrevistados se hicieron eco de la misma necesidad, así como la de poder contar con un espacio para expresar lo que el barrio quiere, señalando que “nunca tuvimos acá una reunión con nadie de la Municipalidad”.
Finalmente, coincidieron en sostener que “esperemos que cuando salga en el diario alguien escuche y limpien la zanja, vean la manera de eliminar las ratas y mejorar las calles”.