Mauro Molina es egresado de la carrera de Dirección y Puesta en Escena en la EMAD (Escuela Metropolitana de Arte Dramático). Ha recibido premios y reconocimientos muy importantes.
Forma parte de la plataforma Corredor Latinoamericano de Teatro que pensó en Tres Arroyos para llevar adelante el cuarto festival organizado por la entidad. La finalidad fue hacer una articulación con nuestro distrito; “somos una plataforma que es el CLT que tiene vínculos con Europa y Latinoamérica, trabajamos en red y el festival es el resultado de las interacciones de esas redes”, dijo en principio Mauro Molina a LA VOZ DEL PUEBLO.
Manifiesta que “la gente que va a dar sus talleres y compañías que mostrarán su arte, quienes dictarán las conferencias, en algún punto tienen que ver con esa plataforma. Empezamos a trabajar la idea, pensamos cómo hacer para que llegue a los lugares de donde venimos, para devolver en nuestro lugar de origen lo que vamos construyendo. Cuando estábamos en Tres Arroyos nos hubiera encantado recibir algo así. Como tresarroyenses lo pensamos también para el pueblo de nuestra ciudad y para los artistas”.
Destaca, como uno de los fines a tener en cuenta durante el desarrollo del festival y una vez que finalice, que “hay acciones que tienden a perdurar en el tiempo más allá que lo ideal sería que se repitiera el festival cada año. Entre ellas, propuestas pensadas para que tengan continuidad. Por eso participará Jorge Dubatti, un crítico muy importante que vendrá a hablar sobre La escuela de espectadores, por lo que estamos tratando de articular con gente de Tres Arroyos la creación de una escuela y que haya público para teatro”.
Molina está seguro que poder hablar y reflexionar sobre los temas que no están relacionados directamente con la actuación, “hará que haya artistas que hagan nuevos montajes o empiecen a pensarlos. Habrá gente que hablará de la gestión y autogestión lo que va a permitir pensar los modelos de gestión de la zona y conocer otros diferentes y quizá nutriéndose de ellos se pueden potenciar otras posibilidades, incluso que artistas locales puedan viajar a otros lugares, buscar una identidad teatral regional, pensamos en un conjunto y en varias líneas. Hace mucho tiempo que nos cuestionamos y nos re-pensamos para poder lograr esta instancia”.
Lo que quedará
Mauro Molina dice con total humildad que “la idea es que queden distintas líneas de acción que no tengan sólo que ver con lo artístico, sino con la apertura de posibilidades de trabajo colaborativo, la generación de la red de audiencia, pensar articulaciones privadas, estatales, trataremos de mostrar el trabajo teatral que venimos construyendo en el país, en Europa y Latinoamérica”.
No duda que “los artistas locales podrán presentar sus proyectos a los participantes de los diferentes festivales que estarán presentes en nuestra ciudad y sin dudas estará la oportunidad de poder viajar a lugares donde se realizan este tipo de actividades”.
Entusiasmado, el actor, director y dramaturgo cuenta que “queremos aportar, articular, trabajar en conjunto, brindar otras posibilidades que están abiertas en el país y el mundo y por ahí en la comunidad no se han visto”.
Obras en escena
Durante el festival se realizará un homenaje a Ricardo Listorti. “Nos parecía muy importante hacerlo -destaca Molina emocionado-. Para mi es emocionante, es quedar ligado a mi maestro y el afecto que le tenemos”.
Habrá obras de Latinoamérica, España y Portugal, de Brasil, de Chile, con una versión de “La vida es sueño” de Calderón de la Barca, contemporánea. Anticipó que se presentará también “algo sobre la dictadura militar chilena, el mismo día estarán actuando artistas de México, y en el marco del teatro amateur, la compañía de España. Jorge Tessone vive en España, es tresarroyense y se presentará con una obra que hizo en Argentina. “Es gente del lugar que hace cosas afuera”, valoró.
Intervendrán compañías de Brasil, Uruguay, Portugal y varios países. “El festival genera esto, el encuentro, el compartir, conocer la zona, el pueblo”. sostuvo.
El primer festival se concretó en Pilar; el segundo en Pachuca, México; y el tercero en Santiago, Chile. “Fuimos creciendo, pensando sobre todo en volver a Argentina después de haber dado esa vuelta y traer algo que sea interesante para la gente y los artistas”, explicó.
Invitó a asistir y a tener en cuenta que es un espacio destinado a “disfrutar desde diferentes lugares”, a partir de la diversidad de las obras y de los temas abarcados.
Molina tiene muchas expectativas. Es su tierra, su lugar, el que lo vio crecer artísticamente, al que quiere volver para compartir todo lo que aprendió y recibió durante los años de su carrera, ansioso de armar redes con los artistas locales para desarrollar gestiones regionales. “Esperamos que vaya mucha gente, para eso hacemos una articulación con educación, queremos generar vínculos”, indicó.
Pensando en el espectador, las entradas son accesibles. Puntualizó que “una obra se podrá ver con un costo de 60 pesos y tres obras por 100 pesos, porque la idea es que se participe y que estén abiertas todas las posibilidades”.
Vuelve a su casa y trae con él su bagaje de experiencia junto a los profesionales que brindarán talleres, conferencias, jornadas intensivas de aprendizaje, propuestas e ideas innovadoras.