Martín Pedro Oxandaburu tiene tres años, siete intervenciones quirúrgicas -la primera a los 20 días y a corazón abierto- y múltiples afecciones de salud. Su mamá, Mayra Zamora le cuenta a LA VOZ DEL PUEBLO nuevas circunstancias en la vida del pequeño que lo vuelven más y más guerrero. Pedrito, así como lo llaman en el Jardín 906 y sus médicos, debe ser operado nuevamente el martes 29 de agosto. Mayra le explica a este diario que “si todo está bien en una semana volvemos. Es una operación en la que que le entran por el ombligo y le van a intentar encontrar los testículos. Si los tiene, se los van a bajar ahí mismo, si no los tiene, va a requerir testosterona, hormonas de crecimiento”.
El 19 de setiembre tiene turno para “ver cómo está su trasplante -tiene un ventrículo y toda la arteria pulmonar de un adulto- y ver si ya me dan fecha para operarlo de nuevo o si prefieren esperar un tiempo más”, informa Mayra.
Pedrito no se rinde, su mamá tampoco, la vida sigue para ellos y la dinámica familiar encuentra momentos de alegría. Uno de ellos es cuando el chiquito asiste a su jardincito.
Mayra relata que “está yendo al jardín, como siempre bárbaro el trato y las docentes, empezó un día más a ir a la Escuela Nº 502 porque hemos decidido que use un caminador ya que da indicios de ya querer largarse. Así que todo eso lo estamos organizando con esa escuela”.
La obra social del pequeño es IOMA y su mamá cuenta que “le aprobó una acompañante terapéutica cinco horas por día -de una a seis de la tarde-, y en ese horario puedo yo trabajar”, manifiesta ya que la preocupación principal de Mayra es la necesidad que tiene de hacer algo para percibir sueldo y de ese modo ayudar a su hijo.
Sin dudarlo agrega: “Si alguien quiere ayudarme y sabe de algún trabajo les pido por favor me tengan en cuenta porque necesito mucho hacer algo, tengo la secundaria completa y terciario incompleto, hay muchas cosas que podría realizar”. Y deja su teléfono por si alguien quiere contactarse con ella: 02983-15560601.
En cuanto a las repercusiones que tuvo la nota que le hiciera este diario, Mayra indica muy contenta que “se acercó una señora que me regaló una alfombra hermosa y una pareja me trajo unos chiches muy bonitos para él”.
La enfermedad
Cada una de las letras que definen la enfermedad de Pedrito marcan en su piel, rostro y mirada, el sufrimiento y la fortaleza, el dolor y la grandeza de pasar por el quirófano. En febrero lo diagnosticaron con el síndrome de CHARGE; la C, es el coloboma bilateral: “El último anillo del ojo no cerró totalmente y no lo va a recuperar, por eso tiene disminución visual”; la H (heart) refiere a las cardiopatías congénitas; la A es la atresia de coanas; la R es el retraso madurativo; la G de hipoplasia genital, no tiene testículos, “si los tiene, están en los riñones, no bajaron por ninguna vía, en agosto lo operan porque a pesar de las ecografías no los encuentran, por eso dudan que los tenga”. La E de anomalías del pabellón auricular/sordera en implantaciones bajas, “tiene las orejas distintas, él no es sordo, sus orejitas parecían un repollito cuando nació”. Todo esto le causa además de su cardiopatía, sordera y ceguera. Y hace poco más de un mes le diagnosticaron autismo.
Actualmente están tratando a Pedrito en Mar del Plata porque “no come sólido, por eso fuimos, para analizar si le ponían un botón gástrico. Pero los médicos no consideraron que fuera necesario y fue ahí que los estudios neurológicos marcaron el trastorno del aspecto autismo”, describe Mayra.
“Lo que me enseñó Martín es que no me quejo más por no tener un par de zapatos. Pienso que la salud, respirar por sí mismos es una bendición, tener hijos sanos es una bendición, verlos sufrir te hace sentir así”, cuenta mientras hace el gesto de cerrar en círculo el pulgar con el índice bien pequeños, a través de un agujero que no pasa luz alguna, significando la pequeñez.