Señora directora:
Nos vemos obligados a escribir por aquí ya que todo tiene un límite. El manoseo, la desidia, el fastidio y el destrato.
Lo que le expongo ocurre cuando nuestra mascota Alma comienza a beber mucha agua, muchísima. Esto nos lleva a consultar a nuestro veterinario, quien ha sido el de siempre, y nos sugiere observarla unos días más para ver si era solo momentáneo. Como esto siguió sucediendo nos acercamos el 26 de junio de este mismo año con Alma; ahí nos recomendó sacarle una ecografía, por suerte en ese momento llega la ecografista y se la hizo in situ, también le extrajo sangre y se lo llevamos al IBTA.
En la ecografía le encontraron nada y en el análisis le salió la glucemia alta, unos 300; en ese momento le diagnosticó diabetes y le inyectó Caninsulin del laboratorio MSD; hasta entonces Alma sólo bebía mucha agua, a partir de ahí su salud se deterioró estrepitosamente, le costaba caminar, dejó de comer, aún dándole alimento especial para la diabetes que le compramos, se puso triste. Le contamos esto al veterinario y le dijimos si tal vez ese medicamento no era el conveniente, que por ahí el de humanos y su respuesta fue que había que seguir así.
En poquitos días fue terrible, hasta que el 5 de julio terminó Almita internada, con suero y otros medicamentos. Nosotros no pudimos verla así y consultamos a un segundo veterinario, que oh casualidad conocía la historia pues él era quien le suministró Caninsulin a nuestro veterinario. Al ver ese cuadro también decidió internarla, le tomó la medida de glucemia y ya había subido a 500; le dio suero y otros medicamentos. Quedamos que al día siguiente iríamos a las 7 de la mañana con Almita a ponerle el Caninsulin y lo hicimos. Y por motivos de un viaje a Dorrego del veterinario, la llevaríamos a eso de las 11.30 a internarla otra vez. Pero Almita no resistió y partió antes.
Ante todo esto comenzamos a averiguar en qué condiciones está el Caninsulin; nosotros queremos saber qué contiene, si está bueno, sino perdió la cadena de frío, simplemente porque si no está apto lo saquen de circulación y no dañe a otras mascotas. Ni más ni menos.
Pero resulta que comenzó otra muerte lenta, buscar quién analiza medicamentos y nos pasean de acá para allá. A partir de esta circunstancia apareció la miseria humana, me cuido yo… vos como puedas. El veterinario de siempre se niega a hacer una historia clínica, el segundo veterinario se lava las manos poniendo, por si las dudas, que el Caninsulin es traído por los propietarios, siendo él quien le proporcionó a nuestro veterinario puesto que en Tres Arroyos no había Caninsulin.
Después de pedir, rogar, pedir, apareció como siempre, alguien que te da una idea. Así lo hicimos: pedimos analizar ante ANMAT, después de un tiempo sin novedad nos acercamos a Bromatología y caramba, el remedio para analizar estaba sin frío sobre un mostrador o escritorio, no nos llamaron para nada desde allí, pero si Lucía Gardey, la directora, se comunicó con el laboratorio para informarles que estábamos tras un análisis, muy triste ¿Qué contesta el laboratorio? Jaja, ya se imaginan ¿no?… señor zorro ¿me cuida las gallinas?
Inclusive la señora Gardey nos dio la respuesta escrita del laboratorio, la cual era bochornosa y al contestarle mi esposo que era una vergüenza y que llevaría esto a los medios, la doctora Gardey se la quitó rápidamente diciendo que esto la comprometía.
Luego que nos avisaron que ese estudio se hace por Senasa (por ser para animales), allí fuimos. Nos dieron una hoja de ruta para hacer dicho trámite, cumplimentamos todo, lo presentamos; hasta aquí estaba todo correcto, inclusive nos dijeron que había probabilidades que no y que sí. Resulta que al no tener respuesta nos acercamos y la novedad es que ahora el veterinario es quien debe solicitar el análisis.
Mi esposo y yo sólo pretendemos saber como está ese Caninsulin y si es malo que lo saquen de la venta, ni más ni menos.
Ahora, al correr del tiempo y ver cómo se comportan los actores de esta película, que ya han entrado bastantes, infiero que algún error han cometido, algo quieren ocultar, algún negocio tiene cada uno de ellos, porque sino una cuestión tan simple como sencilla no tendría que haberse convertido en una cuestión de Estado o en un juego perverso donde ninguno quiere dejar de jugar. Por alguna ganancia, por alguna recompensa, por algún puesto o por algún…
¿Quién ayuda en estos casos? ¿A quién recurrimos? Ojo que esto es una mascota, pero si algunos de nosotros sospechamos del contenido de algún medicamento que nos suministra y queremos analizarlo es exactamente igual ¡Estamos solos!
Por favor si algún lector, que sabemos son muchísimos, puede indicarnos sobre alguna entidad o laboratorio, que se ocupe en realizarlo.
Dora Teresa Stavrianeas
Lorenzo Julio Barcelona