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El abandono escolar debería ser una cuestión de Fondo

¿Un mejor uso del Fondo Educativo que administra actualmente el gobierno municipal, podría contribuir a revertir el alto nivel de abandono de la educación secundaria que llega al 35 por ciento en Tres Arroyos? Quizá esta pregunta haya que contestarla comenzando a abrir el debate, y no mirando la cara de a qué directora escolar se le extenderá el cheque. 

Sobre todo cabe considerar -con ese volumen de dinero- de qué manera se puede alcanzar más equitativamente a las diferentes instituciones educativas, teniendo en cuenta el legítimo derecho de cada uno de los alumnos que las transitan abrazados a la posibilidad universal de ser educados en las mejores condiciones que se puedan ofrecer, mientras existan los recursos que así lo permitan. 

Si una escuela no tiene una cooperadora con la cual articular administrativamente para pagar un viaje de estudios, y por eso pierde posibilidades de acceder a una mejor fuente de estudios e información para esos alumnos tresarroyenses, cabe preguntarse dónde es entonces que se encuentra el Estado municipal para facilitar las cosas, y no volverlas imposibles. 

Perder ese tiempo, las oportunidades y el sentido común, seguro que podrá impactar negativamente en una comunidad educativa que se ve diferente, ninguneada, sin que nadie del gobierno local le tienda una mano. 

Lo mismo pueden sentir aquellas instituciones que necesitan invertir en una obra de infraestructura que le dé seguridad a sus alumnos, cuerpo docente y directivos. Porque seguramente ven que el “dinero de todos”, la plata que se le gira al municipio por ley, y que se administra localmente, es dirigida a toda aquella obra que queda bien a la vista, aunque haya escuelas que se inunden cada vez que llueve, o que existan alumnos que rompan la escarcha de los patios al aire libre en pleno invierno porque no tienen espacio cerrado donde hacer la práctica de gimnasia. 

Lamentablemente es difícil que el Polideportivo -desde 2019- pueda ser utilizado diaria y periódicamente por los alumnos de todas las escuelas secundarias, primarias y de jardín para cumplir con esas prácticas. 

Por eso mientras llegan los millones, muchos alumnos no encuentran la respuesta a por qué tampoco tienen un servicio de transporte, cuando la ley vela por sus derechos. 

En días de lluvia estudiantes de la ciudad que viven lejos y en calles de tierra, o los de las localidades del nivel secundario que podrían cursar de noche -o del superior- ven frenadas sus aspiraciones y resignan las pocas chances que tienen a mano de progresar en sus vidas. 

Un gobierno municipal que se ufana de haber creado una Dirección de Cultura y Educación, podrá deshacer ese cargo, o hacerse cargo de las responsabilidades que ostenta y mirar desde el llano a todo el universo educativo tresarroyense para beneficiarlo con una justa administración del Fondo Educativo, que le pertenece a todos, aunque sea sólo el partido político gobernante el que decida sobre él.

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