“En el año 2017 el promedio anual de la región fue de 805 milímetros, un 20% superior al registro de 2016 en el que las precipitaciones fueron de 670”, indica la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca en un análisis de las precipitaciones anuales en los partidos del sudoeste bonaerense. Los partidos de Tornquist, Saavedra y Coronel Suárez recibieron abundantes lluvias, mientras que Villarino registró inferiores precipitaciones al finalizar con menos de 600 milímetros.
Bahía Blanca
Para el partido de Bahía Blanca en el 2017, las precipitaciones anuales fueron de 835 milímetros, “más que aceptables al superar un 18% a los 707 registrados en el 2016. Afortunadamente, nuestra zona en los últimos cuatro años viene recibiendo lluvias por encima de los 600 milímetros históricos de la región”, explica la ingeniera María Elena Antonelli quien se desempeña en la bolsa.
Concretamente en el 2017 las precipitaciones resultaron un 18% superiores al promedio de los últimos seis años (708 mm). Al analizar las lluvias de Bahía Blanca en forma mensual, se observa que si bien en el promedio de los seis años la distribución fue homogénea (50% en el primer semestre y 50% en el segundo), la concentración de las precipitaciones resultó dispar en el 2017, al registrarse más del 60% de las mismas en el primer semestre.
“Es de destacar las elevadas precipitaciones recibidas en los meses de marzo, abril y junio, como así también en agosto y septiembre, meses en los que resultaron ser más del 50% superiores a los promedios de los últimos seis años”, indicó la técnica.
Para el campo
Según los datos de la entidad bahiense, en líneas generales para el sudoeste se puede sintetizar que el año comenzó con muy buenas precipitaciones, favoreciendo el barbecho y permitiendo que los perfiles se recargaran de agua.
En los meses de mayo-junio, momento de comenzar la siembra de los cultivos invernales como cebada y trigo, el exceso hídrico hizo retrasar las labores de implantación por falta de piso, concentrándose la siembra en el mes de julio y hasta principios de agosto.
En los meses posteriores la acumulación de agua y los oportunos registros pluviométricos acompañaron el macollaje y desarrollo de los cereales que presentaba un retraso de su ciclo normal.
“En el momento de definición del número de granos, llovieron entre septiembre y noviembre más de 200 milímetros que permitieron acumular humedad para el correcto llenado de los granos. La cosecha se presentaba por cuarto año consecutivo con muy buenos pronósticos de rinde”, explicó un informe de la bolsa bahiense.
“Lamentablemente a fines de noviembre se registró una importante helada en la región, situación que provocó en casos puntuales pérdida totales de rendimiento”, manifestó Antonelli. En cuanto a los cultivos de gruesa, las altas precipitaciones acumuladas entre los meses de marzo y agosto postergaron la cosecha de girasol, soja y maíz de la campaña 2016/17.
“La implantación de girasol, maíz y soja del presente ciclo, que se realizó en forma temprana entre fines de octubre y principios de noviembre, no presentó grandes inconvenientes al favorecer el desarrollo radicular gracias a la óptima humedad del perfil”, indicó la ingeniera.