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Conmovedora jornada inicial del juicio a una madre por la muerte de su bebé

La muerte intencional en su más cruda expresión es el eje de la acusación de la Fiscalía de Juicio sobre Silvina Inés Cervetti, la telefonista tresarroyense que ayer comenzó a ser juzgada por “homicidio doblemente calificado” en la sala de audiencias del Tribunal Oral Criminal. 

Al mismo tiempo, la defensa de la mujer de 32 años que llegó presa al juicio en el penal de Villa Floresta desde junio de 2016, comenzó a tratar de probar que el deceso de su bebé de ocho meses fue consecuencia de diferentes carencias y no de un asesinato a sangre fría. 
Así quedó expuesto en la conmovedora jornada inicial del debate que continúa hoy bajo la modalidad de Juicio por Jurados y en el que, según argumentó en su exposición inicial el fiscal Gabriel Lopazzo, tratará de probar que Cervetti “obstruyó los orificios nasales y de boca de su bebé y provocó el fallecimiento de la misma por el procedimiento de asfixia tipo sofocación”. 
Según subrayó el representante del Ministerio Público, “con la inequívoca intención de quitarle la vida a su bebé”. 
Después de recordar las sospechas (no probadas hasta el momento) de que Cervetti podría haber sido responsable de la muerte de otros dos bebés que concibió y que, según su hipótesis, la hija de ocho años que tiene en la actualidad está viva “porque vive con sus abuelos”, Lopazzo se refirió a la víctima cuyo deceso es materia de debate, “Isabela (el nombre que tenía la bebé fallecida) se murió asfixiada y quien lo hizo fue su mamá, única persona que estaba con ella en la casa y el día en que Isabela falleció”, dijo, antes de reforzar su presentación del caso con una observación personal, “llevo más de una década siendo fiscal, obviamente pasaron innumerables causas, muchas muy difíciles y otras conmocionantes. Pero ésta, tanto a mí como al equipo que instruimos esta causa, nunca una causa nos costó tanto emocionalmente como ésta. Ya que, durante toda su tramitación, tuvimos la sensación de estar frente a un hecho inconcebible, increíble para la naturaleza humana y esto es entender por qué una madre que decidió libremente tener hijos, es capaz de dar muerte a varios de ellos”.

Carencias 
A su turno, la doctora Laura Pereyra, titular de la Defensoría Oficial de Tres Arroyos y representante legal de la imputada, atacó la hipótesis fiscal argumentando que las muertes de otros dos bebés de Cervetti no forman parte de este juicio y que, justamente, el fallecimiento de Isabela se debió a carencias sociales y económicas de la mujer que hoy está sentada en el banquillo de los acusados. 
Luego de remarcar la condición de madre soltera de Cervetti y caracterizar su situación económica carenciada como “bisagra” en temas de salud, Pereyra se defendió del argumento del Ministerio Público, “la Fiscalía tiene la obligación de probar todas aquellas circunstancias que puedan dar una respuesta a un hecho y acá no se investigó todo. La Fiscalía sostiene su acusación en base a la recurrencia del fallecimiento de los otros bebés y el Estado usó el recurso de decir que esta mujer es una asesina”, dijo. 
“Acá no se están juzgando las tragedias anteriores que vivió Silvina (Cervetti), acá se está juzgando la tragedia de Isabela. Traer los otros casos, es basarse en un prejuicio ¿Por qué? Porque siempre estuvo ella cuando ocurrieron los hechos. El fiscal mintió. Porque en el fallecimiento del primer bebé, Erik, estaba también el papá, Gustavo Ghizzi, es una mentira decir que ella sola estaba presente”. 
Al referirse a las razones del fallecimiento, Pereyra indicó que, “es más facil acusar a una madre. Y no murió por asfixia, sino por broncoaspiración, un problema respiratorio en el que tragó su propia leche cuando estaba durmiendo” y, entre los fundamentos sobre los que apoyará su teoría a lo largo del juicio que continúa hoy y tal vez finalice mañana (si es que no se decide alegar hoy mismo), “no tuvo acceso a los recursos para poder explicar el fallecimiento del primer bebé, algo que se podría haber evitado para Macarena (la segunda criatura fallecida de Cervetti) e Isabela. 
“Silvina se atendía en el hospital público, en las salitas. No tenía el seguimiento del pediatra o de un médico de familia. En el mismo embarazo, son distintos pediatras los que efectúan los controles”, añadió con el objetivo de probar algunas de las carencias en las que apoya su teoría inicial.  
Prueba emocional 
Tras la presentación de los argumentos de las partes, declararon los primeros testigos de la jornada. Médicos pediatras, clínicos, trabajadoras sociales y enfermeras, entre otros, ubicaron al jurado en el tiempo y el espacio en el que se produjo el deceso del bebé. 
Aunque hubo un momento que superó al resto en emotividad y fue cuando el pediatra Raúl Horacio Rey, debió explicar una serie de actividades médicas que forman parte de la prueba presentada, con una foto del bebé fallecido proyectada en pantalla gigante sobre una de las paredes de la sala.
La imagen quedó expuesta sobre Cervetti, que escuchó la descripción médica con un intenso llanto silencioso. 
Hoy por la mañana continuará el debate con la presentación de más pericias y testimonios profesionales, entre los que está previsto que se escuche la palabra de los distintos profesionales médicos que aportaron la prueba con la que este juicio se llevó a su sustanciación. 

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