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IOMA, FEMEBA, o de cómo perjudicar al afiliado

Señora directora: 

Los docentes, policías, municipales y, en general, todos los empleados públicos de la provincia de Buenos Aires, estamos cubiertos (¿cubiertos?) por el Instituto de Obra Médico Asistencial, IOMA, en forma obligatoria, es decir, sí o sí. A todos nos descuentan un porcentaje de nuestros haberes, y a todos nos cubre por igual, solidariamente, sin importar cuánto aporta cada uno. Hasta ahí, perfecto. Tiene asegurada su cobertura el profesor que recién empieza y que tiene unas pocas horas cátedra, lo mismo que la directora de escuela o el inspector jefe de región. El que tiene un cargo o el que logró acceder a dos… 
El problema surge cuando FEMEBA nos informa que, debido a los problemas con los pagos que debe efectuar IOMA, a partir de ahora sólo tendremos cobertura médica seis consultas anuales, y que no sean más de dos en un mismo mes.
No es simpática la autorreferencia, pero soy docente y mi ejemplo sirve tan bien como cualquier otro. Normalmente, visito a mi médico de cabecera mensualmente pues necesito las recetas de la medicación que consumo, además, y de no mediar alguna dolencia inesperada, una vez por año realizo un control ginecológico y uno oftalmológico. Tenemos ahí 14 visitas a profesionales. Quiere decir que deberé abonar de mi bolsillo 8 de ellas, ya que sólo se nos autorizan seis en el año.
¿Estamos todos locos? ¿Hasta qué punto se creen que puede tirarse de la cuerda sin que se corte? ¿Tienen idea de que estamos presos, tanto de IOMA como del convenio que tiene el instituto con FEMEBA? ¿En serio se van a mantener en sus trece, médicos y directorio de IOMA? 
Ni yo, ni el policía, ni el empleado municipal tenemos la culpa de que alguien haya hecho mal uso del dinero que aportamos, tampoco podemos renunciar a realizar ese aporte para afrontar los gastos médicos que no nos cubren. Somos prisioneros de ladrones, inescrupulosos y gente sin ética. Y estamos atados de pies y manos, porque nos atacan en una de las cosas más sensibles y delicadas: nuestra salud y la de nuestra familia. 
Espero que, por lo menos, haya alguien con un resto de dignidad que empiece a hacer algo por tantos miles de afiliados inermes y estupefactos.
Alicia Hurtado 

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